Los padres de los niños con trastorno por déficit de atención con hiperactividad TDAH (en inglés, Attention-Deficit/Hyperactivity Disorder o por sus siglas AD/HD) y/o discapacidad de aprendizaje DA (en inglés, Learning Disabilities o por sus siglas LD) se enfrentan diariamente a un gran desafío relacionado con la crianza de sus hijos. Ya sea que usted esté intentando facilitar la comunicación entre la escuela y el hogar, apoyando la tarea escolar o respondiendo a los problemas sociales y emocionales de sus hijos, el rol protector de los padres es crítico para la felicidad y el éxito de sus hijos. Así, es posible que gaste mucha energía tratando de ayudar a su hija a manejar mejor el mundo exterior, y que se “quede sin combustible” cuando los problemas de comportamiento se presenten en su propio hogar. Yo desarrollé un sistema de orientación para los padres, que requiere una intervención activa, en donde los padres actúan como guía del comportamiento de sus hijos, tanto en el hogar como en el “mundo real”.

El desafío del autocontrol y la capacidad de socializar

Si su hija tiene TDAH y/o DA, es probable que usted sea consciente de algunos de sus problemas con el autocontrol y la socialización. Los problemas más comunes incluyen:

  • baja tolerancia a la frustración y a la decepción
  • dificultad para tomar buenas decisiones
  • un repertorio limitado de técnicas sociales

Estos problemas pueden causar conflictos frecuentes en el hogar entre usted y su hija. En un esfuerzo por reducir los problemas, muchos padres utilizan la técnica tradicional de manejo del comportamiento con premios y castigos. Mientras que ese enfoque tiene ciertos beneficios, no promueve en los niños el autocontrol ni desarrolla la capacidad de tomar buenas decisiones. Además, el método de premios y castigos puede colocar a los padres en un rol de confrontación con el niño.

Como psicólogo infantil que se especializa en el tratamiento del TDAH y la DA, dedico mucho tiempo a preparar a los padres y a los niños en el uso de programas de orientación que favorezcan el autocontrol y desarrollen técnicas de socialización. El método de orientación de los padres hace énfasis en la importancia de considerar el comportamiento de sus hijos como una “ventana” a través de la cual evaluar sus habilidades.  Los grupos de orientación alientan a padres e hijos a practicar estrategias para enfrentar los obstáculos que imponen el TDAH y la DA.

El “lado pensante” contra el “lado reactivo” del niño

La orientación se adapta idealmente a las necesidades de los niños con TDAH y DA. Los problemas de impulsividad, persistencia y críticas se tratan a partir de los principios de la orientación paterna, tales como la preparación, la práctica y la revisión. Usted encara su rol de orientador dentro de un marco práctico para ayudar a su hija a entender qué está mal. Como respaldo de ese marco, se encuentran los conceptos de “el lado pensante” y “el lado reactivo” de su hija.

  • El lado pensante es la parte de la mente de su hija que toma buenas decisiones y cuida su comportamiento.
  • El lado reactivo es la parte de la mente de su hija que reacciona emocionalmente y sin pensar, ante ciertos eventos de su vida.

Este marco de sentido común le allana el camino para que usted introduzca a su hija en conceptos relacionados como, por ejemplo, los factores desencadenantes, los diálogos internos positivos, el diálogo poderoso, y el descubrimiento de pistas y de autoinstrucciones en la vida.

La estrategia verbal

Mi recomendación es que, en su papel de consejero, establezca y mantenga con su hija un diálogo seguro y confiable. El objetivo es ayudar a su hija con TDAH o DA a fundar nuevos cimientos a partir de la comprensión de sus propios problemas. Idealmente, usted tendrá una voz tranquila, un comportamiento acogedor y una mente abierta. También es útil conocer sus propios factores desencadenantes. Tal vez lo más importante es estar preparado para escuchar el punto de vista de su hija, prestando mucha atención a las palabras que reflejan sus creencias y sus puntos de vista. Eso le brindará una visión del panorama de los diálogos internos que impulsan sus comportamientos reactivos y que hacen que le resulte tan difícil aprender de sus errores. Como parte del proceso de diálogo entre padres e hijos, es posible que quiera usar las mismas palabras de su hija, para que se dé cuenta de cómo el diálogo interno negativo impide los cambios positivos.

Usted puede reforzar la buena disposición de su hija para hablar de sus problemas eligiendo bien las palabras. Al decir, “Ahora que escuché tu opinión, tal vez ésta sea una lección de la que podamos aprender ambos”, puede ayudarla a calmar sus emociones. En lugar de sonar como un adversario que la juzga, lo percibirá como un aliado.

Cómo trabajar sobre los factores desencadenantes

Los factores desencadenantes son situaciones, o “teclas al rojo vivo” que tienden a hacernos estallar. Podría empezar por hablarle a su hija sobre sus propios factores desencadenantes (¡los que posiblemente ella ya conozca muy bien!) Puede decir algo así: “Todos tenemos disparadores que hacen estallar nuestro lado reactivo, como cuando me enojo conmigo mismo por colocar las cosas en el lugar equivocado”. A continuación explíquele que si estamos dispuestos a discutir con calma qué ocurrió, no sólo podemos aprender a estar atentos a esos desencadenantes, sino también a usar estrategias para que sea nuestro lado pensante el que tome el control. Este gesto abre una vía para ofrecerle a su hija el conocimiento y  las herramientas para descubrir cuáles son sus factores desencadenantes, y para desarrollar un plan de acción para corregirlos.

Los desencadenantes típicos que activan el lado reactivo de los niños con TDAH y DA se clasifican en tres amplias categorías: 

  • autoestima (o “heridas al orgullo”)
  • frustración de los deseos (o “no obtener lo que quiero”)
  • encuentros sociales (o “tratar con personas”)

Bríndele detalles de lo que observa y explíquele cómo el lado reactivo le causa problemas. Por ejemplo, puede decirle a su hija: “Cuando tu hermano te llama de una determinada forma (encuentro social), tu lado reactivo se activa rápidamente y tienes un berrinche”.

¡No caigas en la trampa!

A continuación, preséntele una solución práctica. “Podemos preparar a tu lado pensante para que mantenga el control, planificando lo que te dirás (diálogo interno positivo) y lo que le dirás a tu hermano (diálogo poderoso).  De esta manera no caerás en la trampa”. Explíquele que es frecuente que alguien o algo traten de hacernos caer en la trampa, pero que también es posible evitarlo. 

Puede reforzar el objetivo de autocontrol de “no caer en la trampa” explicando la importancia del diálogo interno positivo y del diálogo poderoso cuando se enfrenta a los factores desencadenantes. “Si estás por caer en la trampa, y te dices, ‘no me va a hacer caer’, y le dices sencillamente, ‘Veo lo que estás haciendo y no voy a hacerte caso’, mantendrás la calma.” Este tipo de diálogos simboliza el “libro de juegos verbales”, que padres e hijos construyen a medida que examinan los factores desencadenantes. Durante el juego de roles o ejercicios de dramatización, usted puede asumir el rol del que “pone la trampa”, mientras que su hija ensaya sus estrategias del diálogo interno y diálogo poderoso.

Orientándola para ganar

La orientación de los padres es la vía que ayuda a los hijos a desarrollar el autocontrol y las técnicas de socialización necesarias en este mundo de hoy, tan complicado y acelerado. También le abre un camino para aprovechar al máximo los “momentos de enseñanza”, cuando se presentan grietas entre las habilidades de su hija y las expectativas externas. Cuando participa dentro de la seguridad que brinda un diálogo de orientación, su hija aceptará con agrado estos conceptos con interés y en forma abierta, y a la larga cosechará los beneficios de haber sabido tomar el control.