La escuela intermedia puede ser una etapa incómoda en el ámbito social. Los chicos que fueron amigos desde el kínder de repente se van por caminos separados. A algunos todavía les gusta jugar, mientras que otros han pasado la página para enfocarse en el drama social y la fascinación por los enamoramientos. Entre los grupos exclusivos que forman los chicos, los buleadores, las chicas malas y los amigos que consideras menos que deseables, saber cómo ayudar a tus preadolescentes o adolescentes a desarrollar amistades saludables puede ser un reto.

Incluso si tus hijos tienen buenas habilidades para hacer amigos, puede que aún se sientan a la deriva durante estos años turbulentos. Lo único estable es el hogar, y los padres siguen siendo un modelo importante para los chicos.

Las siguientes son algunas maneras con las que puedes ayudar a tu hijo a navegar por las rebeldes aguas de la escena social entre preadolescentes y adolescentes:

  1. Hablen al respecto

    No asumas demasiado. Este es un territorio totalmente nuevo para tu hijo, por lo que debes hablar abierta y honestamente sobre cómo las amistades cambian durante esta etapa y debes dejar que tu hijo te haga preguntas. Recuérdale qué significa ser un buen amigo (un verdadero amigo no lo obligará a hacer cosas que lo hacen sentir incómodo, por ejemplo) y cuál es su papel como amigo. Si empieza a hablarte sobre alguien que acaba de conocer, no emitas juicios. Escucha lo que dice sobre su nuevo amigo y pregúntale qué es lo que le atrae de esa persona. En esta edad que tiene tu hijo, si hay algún amigo en particular que te incomoda, debes abstenerte de criticar, porque eso puede hacer que tu hijo se sienta más atraído a ese amigo. Sigue señalando las cualidades de un buen amigo.

  2. Añade algo de drama

    Incluso con niños mayores, es útil dramatizar los tipos de situaciones sociales que a tu hijo le resultan difíciles. Puede que te sientas algo ridículo al interpretar una interacción entre preadolescentes o adolescentes, pero tu hijo puede aprender mucho al practicar en un espacio seguro. Si tu hijo no se siente cómodo interpretando roles, pueden hablar sobre los diferentes escenarios y cómo los enfrentaría.

  3. Motiva su valentía

    Ya sea que tu hijo esté avanzando de grado en la misma escuela o esté comenzando en una escuela nueva, es posible que exprese su ansiedad sobre el año escolar por venir. Al tener que lidiar con clases múltiples y trasladarse entre aulas, tu hijo puede sentirse indeciso sobre su proceder social. También puede sentirse nervioso al tratar de acercarse a otros estudiantes. Al motivarlo, le das a tu hijo el empujón que necesitará para superar sus miedos. Cuando veas a tu hijo haciendo algo bueno por un amigo, asegúrate de hacérselo saber.

  4. Cosas que pueden acabar con una amistad

    Ya le has dicho a tu hijo qué significa ser un buen amigo, ahora es momento de hablar sobre las cosas que pueden acabar de inmediato con una amistad. Si bien los chicos mayores pueden cerrarse si sienten que los están sermoneando o criticando (¡sobre cualquier tema!), puedes demostrar tu punto al explicar que los buenos amigos no alardean, no denigran a los demás, no propagan chismes y no juzgan a las demás personas por su apariencia.

Si escuchas a tu hijo haciendo alguna de estas cosas, recuérdale con delicadeza qué es lo que hace a un buen amigo (y cómo se sentiría él si alguien le hiciera lo mismo). Los chicos mayores a veces dejan de lado la empatía, así que es importante recordarles el efecto que pueden tener en otras personas.