1. Tómate un momento para ti

    “Realmente puede doler cuando un niño dice algo como: ‘Eres la peor mamá del mundo’, ‘te odio’ o ‘quiero vivir con papá porque eres mala'”, dice Christine Carter, autora de Raising Happiness (Fomentando la felicidad). Estos tipos de arrebatos son dolorosos de escuchar, ya sea que sepas o no por qué tu hijo está diciéndolos. “Muchas veces”, dice Carter, “cuando alguien te dice algo tan hiriente… tu respuesta natural es pelear o huir, ¿verdad?”. Pero en lugar de responder con ira o, lo que es peor, de una manera similar a: “¡Ahora mismo, te odio también!”, Carter aconseja a los padres tomar un momento para sentir compasión de sí mismos. Tus sentimientos están heridos y eso es importante.

    Carter dice: “Puedes decir, ‘¿sabes qué? Necesito un minuto a solas para retomar fuerzas y compadecerme por lo ocurrido”.

  2. Date cuenta de que casi nunca es lo que tu hijo realmente quiere decir

    “Como padres, con demasiada frecuencia tomamos estos arrebatos personalmente”, dice John Duffy, psicólogo infantil y adolescente y autor de The Available Parent (El padre disponible). “Por lo general, cuando tu hijo grita algo así, independientemente de su edad, significa algo diferente”. Aconseja a los padres que ejerzan la presencia mental necesaria para reconocer ese hecho y descubrir lo que realmente está sucediendo.

    “Tal vez no en tiempo real”, sugiere Duffy. Tal vez le das unos minutos, regresas y dices: “Entiendo que estés muy molesto y muy enojado conmigo. Hablemos de esto con calma”.

    Carter también dice que después de tomarse un momento, los padres deben enfocar su energía en buscar el origen de esas palabras hirientes. “Regresa y di: ‘Debes estar realmente dolido de decir algo tan malo, ¿verdad? ¿Dime qué hay detrás de esas palabras?, o tal vez ya sepas qué hay detrás y todo lo que tienes que hacer es reconocer la emoción”.

  3. Ayuda a tu hijo a aprender a manejar y comunicar emociones fuertes

    Reconoce los sentimientos de tu hijo mientras lo guías a través de la modificación de su comportamiento, aconseja la psicóloga infantil Erica Reischer. “Decir ‘te odio’ es un comportamiento”, dice Reischer. “Pero el sentimiento de odio es algo que reconocería y permitiría que el niño tuviera ese sentimiento”, continúa. “No tendría problema con que tenga ese sentimiento. Yo personalmente, como padre, no estaría de acuerdo con la forma de expresar ese sentimiento”.

    Entonces Reischer aconseja un enfoque de dos partes. Primero, acércate a tu hijo con empatía. Intenta calmarlo mostrándole que entiendes que está molesto por algo. Está abierto a una discusión sobre lo que lo molesta sin pelear ni juzgar. Segundo, crea patrones de comunicación. Se trata de mostrarles a nuestros hijos que realmente queremos que sean conscientes de cómo comunican sus sentimientos, dice Reischer. Así es como pueden aprender a enfrentar adecuadamente emociones fuertes, ira intensa o frustración, agrega, todo lo cual hace que quieran decir: “Te odio”, dice. Los padres deben enseñarles a los niños que sus sentimientos están bien, pero que necesitan expresarlos de manera diferente. Di algo como: “No tengo problema con que te sientas así, pero no puedes hablarme de esa manera”, dice Reischer.

    “Los niños van a pasar por momentos en los que están realmente enojados y odian a sus padres”, dice Richard Weissbourd, psicólogo de Harvard y autor de The Parents We Mean To Be (Los padres que intentamos ser). Weissbourd aconseja decir dos cosas en respuesta. Primero: “Entiendo que estés enojado conmigo y está bien que estés enojado conmigo. A veces nos vamos a enojar el uno con el otro”. Segundo: “Incluso si estás enojado conmigo, necesitas hablarme con respeto… Y decir ‘te odio’, no es una manera respetuosa de dirigirse a un padre”.