Has oído el término “dislexia” y te preguntas si aplica para tu hijo con dificultades en la escuela. ¿Cómo puedes saber si tiene este problema de aprendizaje basado en el lenguaje?

¿Qué es la dislexia?

La dislexia es un trastorno específico del aprendizaje de origen neurológico. Se caracteriza por las dificultades en el reconocimiento preciso y/o fluido de las palabras y por una deficiente capacidad para deletrear y decodificar. Estas dificultades suelen ser el resultado de un déficit en el componente fonológico del lenguaje, que a menudo es inesperado en relación con otras capacidades cognitivas y con una enseñanza eficaz en el aula. Las consecuencias secundarias pueden incluir problemas en la comprensión lectora y una experiencia de lectura reducida que puede impedir el crecimiento del vocabulario y los conocimientos previos (adoptado por el Consejo de IDA en noviembre de 2002 y por los Institutos Nacionales de Salud en 2002).

La Learning Disabilities Association of America (LDA) define la dislexia como un problema de aprendizaje en el área de la lectura.

Estas organizaciones señalan que el término dislexia se define de muchas maneras diferentes. Aunque la lectura es el principal problema, algunas definiciones de dislexia también incluyen dificultades con:

  • La escritura
  • La ortografía
  • Escuchar
  • Hablar
  • Las matemáticas

Una persona con dislexia es alguien cuyo problema en la lectura no es el resultado de problemas emocionales, falta de motivación, mala enseñanza, retraso mental o déficits visuales o auditivos. La dislexia es una afección persistente que dura toda la vida. No tiene cura, pero hay formas de abordar el aprendizaje y tener éxito.

Aunque los niños con dislexia tienen en común el procesamiento del lenguaje y las dificultades de aprendizaje, los síntomas y la gravedad pueden ser muy diferentes. Los niños aprenden algunas habilidades académicas a un nivel inferior al de otros compañeros de su misma edad e inteligencia, pero pueden hacer otras cosas bastante bien. Pueden tener talento para las artes, ser hábiles en tecnología o expertos en relaciones espaciales. Estos puntos fuertes y talentos deben fomentarse y reforzarse.

¿Qué debo tener en cuenta?

La mayoría de los niños tienen problemas académicos en algún momento. Pregúntate a ti mismo y a su maestro si tu hijo ha mostrado estas características en mayor grado de lo normal durante un período de tiempo y en distintos entornos, por ejemplo, la escuela, el hogar, la guardería.

De 6 a 11 años

  • Tiene dificultades para pronunciar palabras, puede invertir o sustituir partes de las palabras
  • Tiene dificultades para llevar a cabo una secuencia de instrucciones
  • No oye las diferencias finas en las palabras; por ejemplo, escribe “oveja” en lugar de “abeja”
  • Tiene problemas para exponer pensamientos de forma organizada
  • Confunde el orden de las letras en las palabras
  • No reconoce palabras previamente aprendidas
  • Deletrea una palabra de varias formas diferentes; no reconoce la versión correcta
  • Tiene una comprensión lectora deficiente

De los 12 años a la adultez

  • Tiene dificultades para recordar lo que acaba de leer
  • Tiene dificultades para concentrarse cuando lee o escribe
  • Es incapaz de distinguir la información importante de los detalles sin importancia
  • Escribe mal; las faltas de ortografía no son fonéticas
  • Tiene problemas para tomar notas con precisión
  • Tiene dificultades para organizar y completar proyectos escritos

¿Qué hago si sospecho que mi hijo tiene dislexia?

Prepárate para hablar con el maestro de tu hijo sobre los problemas que has observado en casa y entérate de cómo le va a tu hijo en clase. Quédate tranquilo: hay muchas técnicas que pueden ayudar a tu hijo a tener éxito, ya sea adquiriendo nuevas habilidades o utilizando estrategias de derivación.

  • Toma notas sobre los tipos de errores que comete tu hijo, con qué frecuencia se producen y dónde los has observado.
  • Guarda copias de su trabajo y de los resultados de las pruebas en grupo.
  • Habla con su maestro para saber cómo le va en comparación con sus compañeros.
  • Averigua si la escuela ofrece algún programa de enseñanza especial que pueda ser adecuado para él.
  • Solicita una reunión con el equipo de apoyo de estudiante/maestro de la escuela (estos equipos multidisciplinarios, de educación general y de pre-referencia tienen nombres diferentes en los distintos distritos escolares y estados). Expresa tus preocupaciones al grupo y desarrolla un plan de acción con un tiempo específico para ser evaluado.
  • Pregúntale al maestro si cree que tu hijo puede tener un problema de aprendizaje (recuerda que ese es el término que utiliza la mayoría de las escuelas en lugar de dislexia). Si crees que los problemas de tu hijo son importantes y puede necesitar servicios de educación especial para beneficiarse del plan de estudios académico general, puedes hacer una solicitud de evaluación por escrito y enviarla al administrador de la escuela y/o del distrito. Tendrás que especificar los problemas de tu hijo, así que la información que has recopilado hasta ahora te será muy útil.

¿Qué puede hacer la escuela para ayudar a mi hijo?

Los maestros de tu hijo y otros profesionales del colegio querrán identificar las habilidades específicas que tu hijo ya tiene y las que necesita dominar en la secuencia de desarrollo, por ejemplo, oír diferencias en los sonidos, aprender los nombres de las letras, deletrear palabras que no siguen las reglas, etc. De este modo, tanto tú como el maestro podrán planificar los siguientes pasos del programa educativo de tu hijo basándose en lo que ya sabe.

¿Qué puedo hacer para ayudar a mi hijo?

  • Dependiendo de la edad de tu hijo y de sus habilidades lingüísticas, habla con él sobre las dificultades que hayas observado.
  • Pregúntale cómo se siente en la escuela y en qué cree que necesita ayuda.
  • Dile que sabes que se esfuerza mucho, pero que sus maestros y tú van a ayudarle a encontrar formas de tener éxito.
  • Trabaja en colaboración con el personal de la escuela; deja que tu hijo vea que funcionan como un equipo.
  • Busca clases particulares a través de organismos comunitarios o de forma privada si puedes permitírtelo.
  • Anímalo a utilizar sus puntos fuertes y sus talentos.
  • Se paciente con él y apoya sus esfuerzos.