El problema: Mi hija no obedece.

Conecta y enseña

Prueba esto
Puede ser muy frustrante cuando tus hijos no obedecen. Pero ten en cuenta que los niños desean complacer a sus padres, especialmente cuando tienen una conexión cercana con ellos. Por eso, sigue reforzando tu conexión. Alábales cuando hagan algo bien. Eso les hará sentirse orgullosos y seguirán comportándose bien para recibir tu aprobación.

Establece rutinas claras para que cumplir con sus obligaciones y tareas se convierta en un hábito.

Enséñales a expresar sus opiniones y desacuerdos de forma respetuosa y haz tú lo mismo. Cuando los niños entienden que se puede hablar de diferentes puntos de vista de forma calmada aprenden a comunicarse mejor contigo y con otras personas.


No le sueltes un discurso.

Mejor no
Cuanto más hables, menos te escuchará. Cuando usas demasiadas palabras, diluyes tu mensaje. Clarifica tus límites en pocas palabras.

Di
“Quiero que hagas lo correcto, no solo porque te lo he pedido, sino porque te hará sentir mejor contigo misma a largo plazo”.

“Ya veo que no tienes ganas de hacer ______________. Pero es muy importante que colaboremos en esto”.

“Ya sé que no te gusta lo que te estoy pidiendo, pero gritar o dar portazos no te va a ayudar. Lo que sí te va a ayudar es contarme lo que sientes de forma respetuosa, para que pueda escucharte y entenderte”.


No le amenaces.

No digas
“¡Eres una descarada! ¡Si sigues desobedeciendo ya verás la que te espera!”.


Por qué

Las amenazas solucionan problemas pequeños en el momento, pero crean problemas grandes a la larga. No enseñan nada, pero hacen que tus hijos te vean como un ogro (o que te pierdan el respeto si luego no eres consistente con las consecuencias que les pusiste). Además, cuando ejerces mucho control, creas más rebeldía.

Es importante ser claro con tus límites. Pero también es bueno poder hablar calmadamente con tus hijos cuando no obedecen y dialogar sobre sus sentimientos. Así les enseñarás a ser adultos valientes que en el futuro sabrán abogar por sus derechos.

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