El aprendizaje a distancia no podría resultar más inoportuno para la mayoría de los niños de 11.º grado. A nivel de desarrollo, los adolescentes están obteniendo lo opuesto de lo quisieran en la actualidad: distancia de sus padres y más tiempo con sus compañeros. Por lo tanto, tu estudiante de penúltimo año de escuela secundaria no solo está sufriendo por la separación de sus amigos (quienes podrían ser considerados ahora mismo como las personas más importantes en la vida de tu adolescente) sino que también sufrió una interrupción en el período académico más importante de su carrera en la escuela secundaria.

¿Cómo será el próximo año?

Nadie lo sabe. Muchos distritos dan a entender que el aprendizaje virtual podría continuar hasta otoño, y parece que todo el país coincide a regañadientes en que la escuela tradicional no volverá a la “normalidad” en el futuro próximo. Para tu niño de 11.º grado, esto implica matricularse en el último año de escuela secundaria sin la estructura social y académica habitual que sienta las bases para la vida después de la escuela secundaria. Si el aprendizaje a distancia continúa hasta el año en el que cursen 12.º grado, puede que los estudiantes se vean privados de encuentros en persona para recibir sugerencias de orientadores y maestros sobre su plan después de la graduación, bien sea comenzar la universidad, tomarse un año sabático o incursionar en el mundo laboral.

Cómo ayudar a tu niño de 11.º grado a sobrellevar la situación

Recuerda que todos están atravesando una situación similar. Si tu estudiante de 11.º grado se pierde los exámenes de admisión a la universidad en mayo, se ve privado de realizar aquellas codiciadas pasantías de verano que harían resaltar su solicitud de admisión a la universidad o se ve obligado a omitir las visitas a las universidades en agosto, esto no lo pondrá en desventaja pues otros estudiantes de su edad también se perderán tales eventos. Aunque nadie sabe cuál será la nueva “normalidad” en lo que respecta a las admisiones universitarias, este tiempo perdido es algo con lo que todos los funcionarios de admisiones a la universidad tendrán que lidiar.

Un obstáculo desde el punto de vista académico

El penúltimo año, infamemente conocido como el más desafiante de los cuatros años de la escuela secundaria desde el punto de vista académico, es cuando las calificaciones tienen mayor relevancia para las solicitudes de admisión a la universidad. Además, es la época donde los estudiantes realizan los exámenes de admisión a la universidad ACT o SAT, los cuales han sido cancelados o suspendidos. La buena noticia es que, debido a que se ha adoptado el aprendizaje desde casa, tu niño de 11.º grado podría estar experimentando menos estrés del que sentiría durante un penúltimo año de escuela secundaria normal. La mala noticia es que puede que el próximo año deba apresurar la marcha para asegurarse de cumplir los requisitos de graduación y admisiones a la universidad.

Cómo ayudar a tu niño de 11.º grado a sobrellevar la situación

Concéntrate en lo que tu hijo puede hacer en el presente, que es mantenerse al día con las clases y pensar en actividades que pueda realizar durante el verano para mantener el ritmo, como realizar un examen de preparación para el SAT o algún curso de estudio independiente de su elección. Recuerda que todas las escuelas del país, al igual que las universidades, se encuentran ajustando rápidamente las expectativas y requisitos en respuesta a esta crisis mundial. Aunque puede que tu estudiante de penúltimo año de escuela secundaria se haya perdido el SAT y sea incapaz de visitar posibles universidades en el futuro próximo, tu hijo comparte estos desafíos con otros millones de estudiantes.

Mala conducta, al menos una parte del tiempo

La vida social del niño de 11.° grado se está desarrollando de forma completamente virtual, lo que implica que la dinámica social que solía darse en los pasillos entre clases o durante fiestas de fin semana ya no existe. En lugar de ello, tu estudiante de 16 o 17 años está experimentando su intensa vida emocional encerrado. Esto también implica, señala John Duffy, autor de Parenting the New Teen in the Age of Anxiety, que “debido a que están bajo influencia de las hormonas y en ocasiones atraviesan dificultades, casi todos los niños mostrarán una conducta pésima al menos durante algún período de este tiempo. Y gran parte de esta mala conducta irá dirigida a mamá y papá”. Si tenían conflictos y peleas en el pasado, puede que tengan aún más, afirma Duffy, “pues cuando tenían problemas emocionales de cualquier tipo, normalmente acudían a sus amigos para disiparlos”.

Cómo ayudar a tu niño de 11.° grado a sobrellevar la situación

Tu estudiante de 11.° grado necesita autonomía, señala Duffy. “Está bien comunicarse con ellos y decir: ‘Oye, ¿qué necesitas de mí en este momento?'”. Te dirán, indica Duffy, cualquier cosa de la que quieran hablar o te pedirán que los dejes en paz. “Hoy en día, muchos padres sienten presión por reunir a todo el mundo y lograr que se lleven bien”, agrega. Libera la presión de tu adolescente y de ti mismo. “Es un buen momento para captar las señales que nos envían”.

Propenso a la soledad

Sí, el tiempo a solas resulta esencial para los adolescentes a esta edad. Pero no demasiado, afirma Duffy. “Una de las cosas más importantes que podemos hacer ahora mismo como padres es instar a nuestros hijos a salir y mantenerse en movimiento”, señala Duffy. Cuando los adolescentes salen al aire libre, “obtienen un poco más de perspectiva y ocurre un cambio en su actitud. Los niños que no salen de su habitación nunca cambiarán su actitud”, lo cual podría derivar en depresión o ansiedad.

Cómo ayudar a tu niño de 11.° grado a sobrellevar la situación

“Crea una tarea del hogar”, sugiere Duffy. “Cualquier cosa que los haga salir al aire libre y moverse”. Sí, puede que esto moleste a tu estudiante de 11.º grado, ¡pero para eso están los padres de un estudiante de escuela secundaria!

Quizás, no todo es malo

Gracias a un cerebro en desarrollo, es muy probable que tu estudiante de 11.º grado esté adoptando conductas que preocupan a los padres hasta quitarles el sueño. Aislados en casa, muchas de estas actividades arriesgadas resultan imposibles —y, además, menos emocionantes—. (Estudios demuestran que los adolescentes adoptan conductas más arriesgadas cuando están junto a personas de su edad).

Cómo ayudar a tu niño de 11.° grado a sobrellevar la situación

Disfrútalo. Si tu niño de 11.º grado se ve al menos de vez en cuando más relajado y menos estresado debido a que no tiene que abrirse paso a través de los complicados y desconocidos senderos sociales y académicos del penúltimo año de escuela secundaria, considéralo un aspecto positivo. Duffy afirma que muchos adolescentes le han contado que, de hecho, están disfrutando de compartir con sus padres de una manera en la que no lo habían hecho antes de que comenzaran los efectos de la adolescencia. “Charlo con niños que juegan a las adivinanzas, arman rompecabezas, graban videos para TikTok o realizan cualquier actividad con sus padres. A los niños les resulta divertido ver una nueva faceta de sus padres. Es una oportunidad para afianzar relaciones que podrían estar un poco fracturadas”.

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