Nadie sabe con exactitud cómo o cuándo volverán nuestros niños al aula de clases o cuáles serán las medidas preventivas que las escuelas tomarán para limitar la transmisión del COVID-19. Lo que sí sabemos es que cuando se reinicien las clases presenciales, lo más probable es que todos los aspectos del día a día escolar se vean afectados. ¿Los aspectos clave que debemos demostrar a nuestros hijos? Calma, flexibilidad y la voluntad de seguir los pasos necesarios para asegurar el bienestar de todos.

Ser estudiante de escuela intermedia se ha hecho aún más complicado. Los niños de estas edades son muy sociables. Deben encontrar formas de expresarse, individualizarse de sus padres y buscar su camino en medio de nuevas reglas y restricciones. Sin embargo, debido a que las investigaciones más recientes sugieren que los niños de edades comprendidas entre 10 y 19 años presentan al menos las mismas probabilidades que los adultos de transmitir el virus, incentivarlos a ajustarse a las reglas resulta crucial.

¡A lavarse las manos!

Las reglas de la escuela pueden variar, pero, en general, una buena práctica es lavarse o desinfectarse las manos antes de quitarse la mascarilla, colocarla dentro de una bolsa de papel o plástico asignada mientras no la estén usando y volver a lavarse las manos tras quitársela. Antes de volver a ponerse la mascarilla deben ¡lavarse las manos nuevamente!

La información es poder…pero en la dosis correcta

Participar en debates bien documentados sobre las últimas noticias y cifras podría ayudar a los niños de más edad a sentir algo de control y aliviar la ansiedad. Algunos niños estarán interesados en tablas y gráficas que describan los esfuerzos para “aplanar la curva”, o en aplicaciones que monitoreen los casos en su localidad. Sin embargo, limita el consumo de noticias relacionadas al coronavirus (esto también aplica para los adultos). Las investigaciones demuestran que la exposición desmesurada a noticias negativas produce miedo, ansiedad y otras consecuencias nocivas. En lugar de permitir que tu estudiante de escuela intermedia esté expuesto a un flujo constante de noticias televisivas, encuentra un artículo o video que puedan compartir y discutir.

Prohibido compartir el almuerzo

Si los estudiantes almuerzan en la escuela, se implementarán nuevas reglas de comportamiento. Independientemente de que los niños coman dentro o fuera del aula de clase, es seguro asumir que el intercambio de bocadillos estará prohibido. Puede que ahora más que nunca valga la pena pedirle a tu hijo que te ayude a planificar algunos almuerzos o meriendas que le proporcionen una dosis extra de salud y felicidad durante su día en la escuela.

La presión social trae nuevos riesgos

Es probable que entiendas muchas de las formas en que la presión social influencia a tu adolescente. Sin embargo, ahora existe un nuevo y complicado conjunto de lineamientos sanitarios, y tu hijo podría seguir el ejemplo de sus compañeros al acatarlos. ¿Qué hará tu hijo si los niños populares se quitan las mascarillas continuamente y se reúnen después de clases en grupos desobedeciendo el distanciamiento social? Vale la pena entablar conversaciones de antemano, pues ir contra la corriente requerirá de toda la fuerza de voluntad de tu hijo. Tal como se recomienda preguntarle a tu hijo qué haría si alguien le ofrece un cigarrillo electrónico en la escuela o la hoja de respuestas a aquella complicadísima prueba de matemáticas, también vale la pena preguntarle “¿qué harías si un amigo te abraza, un grupo de amigos ‘decidió’ quitarse las mascarillas, compartió alimentos, o planificó una fiesta?”. Es probable que tu hijo no disfrute de tales conversaciones, pero le ayudarás a desarrollar uno de los recursos más valiosos a su edad: la previsión. Imaginar distintos escenarios le brinda la oportunidad de discutir el problema contigo y encontrar las palabras correctas de antemano.

El lado positivo de la situación

A nivel mundial, niños de todas las edades se encuentran experimentando el estrés e incertidumbre de la pandemia. Y nosotros, como padres, sentimos el dolor de cada fiesta de cumpleaños virtual, de no poder salir a jugar con sus amigos y de los días solitarios sin mucho que hacer. En medio de todo el estrés y la tristeza, vale la pena recordar que los jóvenes poseen una increíble capacidad de adaptación: son criaturas de cambio, creatividad y capaces de arreglárselas con las muchas o pocas herramientas a su disposición.

En este momento, muchos niños están descubriendo un tesoro que durará toda la vida. Están aprendiendo que tienen amplios suministros de resiliencia, hermanos que aman y la habilidad de aprender cosas que nunca imaginaron. Un adolescente comienza a escribir un diario. Otro niño hace una cesta de golosinas para los repartidores. Un estudiante de escuela intermedia tiene la oportunidad de pasar tiempo de calidad con su padre, quien suele estar saturado de trabajo. Los niños se están adaptando al mundo tal como es, y no como nosotros esperábamos que fuese. Y en este aspecto, están mejor capacitados que nosotros para enfrentar la situación. Por lo tanto, a medida que avanzamos hacia un otoño lleno de incertidumbres, presta atención a las pequeñas victorias que tu hijo sin duda está experimentando y celébralas. Pues estos serán los momentos de aprendizaje que lo marcarán de por vida.

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