Los prejuicios en los maestros pueden manifestarse al ignorar el verdadero potencial de un niño. Cuando esto ocurre, los padres necesitan saber cómo defenderse.

Keri Rodrigues tiene cinco hijos, todos con habilidades de aprendizaje, intereses y necesidades distintas. Los maestros siempre han considerado a su hijo del medio, que tiene 11 años, como un estudiante excepcionalmente inteligente. Rodrigues relata: “Siempre llegan a la conclusión de que es un niño brillante que probablemente será ingeniero algún día, pero el proceso siempre ha sido muy frustrante”.

Rodrigues y su hijo, que es uno de los pocos niños de color en su clase en Woburn, Massachusetts, cerca de Boston, estaban acostumbrados a pasar los primeros meses de cada año escolar tratando de convencer al maestro de que el niño era capaz de manejar más trabajo avanzado del que recibía. Pero estas discusiones no llegaban a nada.

Con el tiempo, Rodrigues decidió que ya estaba harta. Antes de iniciar el tercer grado, recopiló el trabajo que había hecho su hijo el año anterior y le pidió al niño que escribiera un párrafo explicando lo que sentía respecto a las matemáticas y la ciencia. Tomó fotografías de su arquitectura con Legos. Presentó un portafolio de evidencia ante el maestro, quien no tardó en darse cuenta que su hijo estaba listo para recibir tareas desafiantes, ahorrándose el esfuerzo y la angustia de convencer al maestro de que no subestimara a su hijo.

Cuando un maestro subestima a los estudiantes de color

La historia de Rodrigues no es inusual, sobre todo para las familias de color e inmigrantes. Las investigaciones demuestran que los estudiantes afroamericanos, hispanos e inmigrantes son subestimados con más frecuencia por sus maestros que los niños blancos, lo que puede resultar en la reducción de su autoestima y en la pérdida de oportunidades que repercuten hasta la universidad y más allá. La idea de enfrentar el problema nacional de los prejuicios en los maestros podría resultar abrumadora para los padres. Sin embargo, es posible librar la batalla, un aula a la vez, usando muestras del trabajo académico anterior de tu hijo, tal como lo hizo Rodrigues, mientras defiendes los derechos de este.

Rodrigues, cofundadora y presidenta de National Parents Union, afirma: “Muchas veces, damos por sentado que los niños inteligentes o superdotados no tendrán problemas”. Además, agrega: “Tenemos que reflexionar sobre todo el talento y genialidad que se ha desperdiciado en nuestra sociedad por no poder garantizar que estos niños tengan acceso a las oportunidades”.

Jóvenes, afroamericanos, prodigios… e ignorados

En la década de 1960, un profesor de Harvard llevó a cabo un experimento para comprobar la forma en que las expectativas de un maestro respecto a un estudiante afectan su desempeño. Descubrió que cuando los maestros tienen altas expectativas respecto al desempeño de sus estudiantes, hay más probabilidades de que tengan buen desempeño. Ocurría lo contrario cuando los maestros subestimaban a los estudiantes. El revolucionario estudio demostró que el talento de los estudiantes por sí solo no basta para garantizar el éxito. También se necesita una apreciación justa de parte del maestro.

Las investigaciones han demostrado que los estudiantes afroamericanos e hispanos tienen más probabilidades de ser subestimados que otros estudiantes. Un estudio del 2017 publicado en la revista Social Science Research descubrió que los maestros de inglés y matemáticas tenían más probabilidades de pensar que su clase era más difícil para los estudiantes de color que para los estudiantes blancos, incluso tras evaluar variables como las calificaciones de las pruebas estandarizadas.

La investigación demostró cómo los prejuicios de los maestros podían afectar las aspiraciones académicas. El estudio también les preguntó a los estudiantes qué tan lejos creían que llegarían en su educación, incluyendo graduarse de la universidad e ir a una escuela de postgrado. Estos hallazgos reflejaron otra desigualdad racial.

“Ser subestimado, independientemente de tu raza, está asociado con una menor expectativa sobre los años de educación”, señala Hua-Yu Sebastian Cherng, coautor del estudio. “Pero en realidad es peor para los estudiantes afroamericanos y de color. El obstáculo es mayor”.

Desde hace años se sabe que subestimar las habilidades académicas de los estudiantes de color puede causar que algunos abandonen la escuela o que pierdan el interés al punto de querer abandonarla. De acuerdo con un estudio de Johns Hopkins, estos niños son “estudiantes que generalmente han sido promovidos a tiempo de un grado a otro y podrían incluso tener habilidades por encima del nivel esperado en su grado, pero que eventualmente se sienten frustrados o aburridos, y dejan de verle el sentido a ir a la escuela. En cuanto alcanzan la edad legal para abandonarla, lo hacen”. Por supuesto, la ausencia de un desafío académico no es el único motivo por el que los niños abandonan los estudios. Pero estar aburrido en la escuela tampoco ayuda.

Otro estudio realizado en Alemania en el año 2018 descubrió que los maestros también tienen mayores probabilidades de subestimar las habilidades de los estudiantes inmigrantes que las de los no inmigrantes. “Sabemos que a los estudiantes de familias multilingües, sobre todos a los de color, pocas veces se les toma en cuenta para los cursos académicamente rigurosos”, señala Marguerite Lukes, Directora de Investigación e Innovación de Internationals Network for Public Schools, una organización sin fines de lucro que trabaja con las escuelas para atender a los estudiantes multilingües en condición de inmigrantes o refugiados. “A menudo, los maestros asocian inconscientemente la raza, el acento y el multilingüismo con la falta de inteligencia, lo cual es incorrecto”.

Lukes asegura que muchas escuelas injustamente colocan a los estudiantes multilingües de color en aulas de educación especial o prohíben que, quienes estudian inglés tomen cursos más rigurosos hasta que se les considere “competentes” en el uso del idioma, incluso si son competentes en todo lo demás. Internationals Network adoptó un enfoque distinto, asignando a los estudiantes a clases exigentes independientemente de su nivel de inglés.

Lamentablemente, no todos los estudiantes tienen esta oportunidad. Un reporte de 2020 de Education Trust reveló que casi un cuarto de millón de estudiantes afroamericanos y latinos no está inscrito en clases avanzadas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas AP (aunque deberían estarlo). En muchos estados, la brecha entre los estudiantes blancos y los estudiantes de color que están inscritos en cursos avanzados es tan desproporcionada que resulta alarmante. En Nueva Jersey, por ejemplo, solo un 19 por ciento de los estudiantes afroamericanos y un 23 por ciento de los estudiantes hispanos se inscribieron en cursos AP o de Bachillerato Internacional el año pasado, en comparación al 41 por ciento de los estudiantes blancos y un 68 por ciento de los estudiantes asiáticos.

Teniendo que enfrentar estas desigualdades, ¿qué pueden hacer las familias de color cuando notan que la escuela está subestimando a su hijo y desean clases más desafiantes para él? A continuación, te brindamos algunos consejos:

Infórmate en la escuela sobre el proceso de selección para las clases avanzadas

En primer lugar, aprende cuáles son las reglas de la escuela y del distrito para asignar a los niños a programas para estudiantes dotados o talentosos, clases de honores y clases avanzadas AP, entre otras. Verifica si la escuela divide a los estudiantes de acuerdo a su nivel de aprendizaje o si los niños de distintos niveles académicos reciben clases juntos. Comprueba si la escuela permite que un estudiante sea promovido parcialmente a un grado superior (un estudiante de segundo grado que asiste a una clase de lectura de quinto grado, por ejemplo) o si se puede retirar a los alumnos de las clases regulares para un periodo de enriquecimiento académico. Este conocimiento te ayudará a saber qué pedirle a la escuela.

Mantén la calma al preguntar por estas clases

Incluso los mejores educadores pueden estar agotados y saturados de tanto trabajo rutinario. Las quejas de los padres no siempre son bien recibidas. Por lo tanto, mantén la calma cuando estés defendiendo los derechos de tu hijo. Cherng, cuya investigación fue inspirada parcialmente por su propia experiencia como maestro de matemáticas de escuela intermedia en San Francisco, advierte a los padres que se preparen previamente para lo que les espera en la escuela. Un padre que defiende los derechos de su hijo con fervor podría ser percibido, afirma Cherng, como alguien más problemático (sobre todo si es afroamericano).

Únete a los padres con la misma preocupación

Tendrás más poder si te diriges a la escuela junto a otros padres. Lukes recomienda encontrar a otros padres de la escuela que puedan haber experimentado prejuicios de parte de los maestros con el objetivo de presentarse como un frente unido. Ella lo hizo por su hijo, quien es latino y bilingüe en español e inglés, cuando los maestros lo subestimaron en su escuela de Nueva York y se negaron a asignarle tareas avanzadas en la clase de español, la cual estaba diseñada para hablantes no nativos del idioma. “Tuve que luchar”, relata Lukes, “lo cual fue revelador y me dejó una gran lección, sobre todo cuando los padres de los niños que no hablaban español expresaban su resentimiento de que esos niños recibían un trato especial”.

Enfatiza el beneficio que tiene el trabajo escolar desafiante para todos los niños

Recuérdales siempre a los educadores que los niños no necesitan ser los primeros de la clase para beneficiarse de trabajos escolares más exigentes. Es probable que los niños que aprendan a esforzarse más en la escuela logren progresar a nivel académico, porque la inteligencia no está determinada, sino que se desarrolla con perseverancia y estímulo. Y en la escuela secundaria, por ejemplo, los estudiantes afroamericanos que se inscriben en clases avanzadas AP, pero no obtienen el crédito universitario correspondiente, siguen estando mejor preparados para la universidad de lo que estarían en caso contrario.

No tengas miedo de usar presión externa para luchar contra los prejuicios de los maestros

Si todo lo demás falla, busca ayuda externa. Los padres pueden acudir a las organizaciones de defensoría, como Advocates for Children of New York. National Parents Union también está afiliada con más de 600 organizaciones comunitarias compuestas por padres que se han unido para resolver un problema, y existen muchas más a lo largo del país. Es importante saber que no estás solo, bien sea que estés luchando por un kínder para niños superdotados y talentosos o por inscribir a tu hijo en clases avanzadas de Ciencias de la Computación AP.

Los padres de color, sobre todo, deben luchar por trabajo escolar de mayor nivel, incluso antes de que su hijo llegue a la escuela secundaria. El sutil prejuicio de las bajas expectativas, tal como lo expresó el expresidente George W. Bush, sigue vivo. Pero la batalla contra él no se ha hecho más fácil.

“Puede resultar aterrador tener que alzar la voz y defenderte”, reflexiona Rodriguez. “Puede parecer una misión descomunal que no tiene fin. Pero vale la pena. Es indispensable que tu hijo obtenga los recursos que necesita. Lo más importante es no rendirse, buscar otras personas y obtener el apoyo y la orientación de madres veteranas que han vivido la misma experiencia”.