No es fácil hablar con su hijo sobre un tema tan sensible como sus discapacidad de aprendizaje, o por sus siglas DA (en inglés, Learning Disabilities o LD). Pero es una de las cosas más importantes que puede hacer para apoyar su aprendizaje y su desarrollo emocional. Cuando los niños experimentan problemas de aprendizaje sin entender qué sucede, se pueden imaginar lo peor.

Preste atención para detectar las primeras señales de problemas

Si nota un cambio de actitud cuando su hijo habla sobre la escuela, no ignore esas señales. Dado que usted lo conoce mejor que nadie, preste atención a las claves o pistas que le está dando. La frustración puede manifestarse como: “Odio la escuela”… “Nadie me quiere”…”No puedo dibujar”… “Los otros niños se ríen de mí cuando hablo”. Un niño mayor podría decir: “La escuela es estúpida, ¿por qué debo ir?” o “Ves, mamá, soy retardado… La maestra me puso en el grupo de los tontos en matemáticas”.

Muchos niños no pueden expresar sus sentimientos con palabras, pero le harán saber que las cosas no van bien de otras maneras: rompen sus deberes, se niegan a hablar sobre cómo pasaron el día, o reaccionan en forma exagerada, con arrebatos de mal humor. Le dicen que no tienen deberes o se olvidarán de entregarlos al día siguiente. No quieren ir a la escuela y dicen tener alguna enfermedad para quedarse en la casa. Dicen que no tienen amigos.

¿Cómo debe responder a ese tipo de comportamiento? Pregúntese si su hijo ha estado actuando así durante varias semanas. ¿Hay otra explicación como por ejemplo, un nuevo bebé en la casa, una enfermedad en la familia, un cambio de escuela? ¿Qué dice la maestra sobre su comportamiento o rendimiento en clase?

Reúna información

El primer paso es comprender total y claramente la naturaleza de los problemas de aprendizaje de su hijo. Hable con sus maestros para entender las maneras en que sus problemas de aprendizaje afectan su progreso educativo en la lectura, la escritura y las matemáticas. También puede preguntarle al maestro sobre su desarrollo social y emocional, ya que las dificultades en el aprendizaje frecuentemente tienen impacto más allá de lo académico. 

Controle sus sentimientos

Cuando su hijo tiene problemas en la escuela, es muy normal sentirse preocupado, frustrado e incluso decepcionado. Sin embargo, los niños captan rápidamente los sentimientos negativos de los padres sobre su rendimiento en la escuela. Por eso es importante encontrar una salida adecuada para sus sentimientos (con familiares o amigos comprensivos, o un terapeuta profesional) para ayudarlo a aceptar los problemas de aprendizaje de su hijo. También podría ser útil unirse a un grupo de apoyo para padres de niños con DA en su comunidad o en el Internet. Con la ayuda de otros adultos, es probable que las interacciones con su hijo sean más positivas y optimistas. 

Escoja sus palabras

Es posible que le resulte difícil, escoger las palabras que va a usar cuando le describa los problemas de aprendizaje a su hijo. Una afirmación general como “tu cerebro es especial y está conectado en forma diferente” puede ayudar a su hijo a entender que cada cerebro es único. Escoja la frase con cuidado y decida con qué palabras se siente más cómodo. Aliente a otros adultos que estén en contacto con su hijo a usar la misma descripción que usted escogió para que haya consistencia.

Para algunos niños, puede ser importante equilibrar las “diferencias” con una frase más optimista como “en realidad las diferencias en la forma en que funciona tu cerebro pueden hacerte más hábil que otros niños en ciertas áreas”.  Háblele sobre familiares, amigos o personas célebres con problemas de aprendizaje que son exitosos y/o famosos.

Los educadores, los médicos clínicos y los investigadores tienen su propio vocabulario para describir los problemas de aprendizaje. En el ámbito de la escuela pública, por ejemplo, la ley de educación especial exige que los niños sean identificados con un rótulo específico, para que tengan acceso a servicios de educación especiales. La categoría de elegibilidad de “discapacidad específica de aprendizaje” (DEA) es un rótulo amplio, usado para describir un grupo de trastornos que pueden afectar la capacidad de lectura, escritura y matemáticas.

Use las palabras correctas

Si su hijo recibe ayuda académica de un maestro especializado o está en un salón de clases especial, es importante usar las palabras correctas para describir el tipo de clase a la que asiste. Para muchos niños, el término “educación especial” es un rótulo negativo y ofensivo; por lo tanto, prepárese para cierta resistencia cuando oigan esta expresión. Pero cuando hable con él, use las palabras correctas, ya que tarde o temprano las va a oír de sus pares o maestros.  Puede ser útil eliminar el estigma del término “educación especial” si lo cambia por un término como “recursos de ayuda” o “ayuda para la lectura”.

Sea concreto sobre el problema

Decirle simplemente a su hijo que tiene una discapacidad en el aprendizaje de la lectura no lo ayuda a entender el problema, ni le ofrece herramientas para manejarlo. Pero si en cambio le dice que tiene “problemas para recordar los detalles de un cuento” o que “necesita esforzarse para aumentar la velocidad de lectura” el problema es claro, específico y sugiere un objetivo para mejorar. También le permitirá saber a su hijo que sus problemas de aprendizaje se limitan a un aspecto de la lectura, y que puede tener éxito en otras áreas escolares que son menos dependientes de la lectura, como las ciencias, las matemáticas, el arte o la educación física. Muéstrele ejemplos de su tarea que evidencien sus puntos débiles y fuertes.  Pregúntele si se le ocurren otras maneras para que los temas específicos y que implican un reto mayor le resulten más fáciles, y para aprender las técnicas que le resultan difíciles.

Escuche las respuestas de su hijo atentamente

Cada niño es único; la reacción a una conversación sobre sus problemas de aprendizaje puede ser impredecible. Su hijo puede estar disgustado o enojado por ser “diferente”. Es importante reconocer su derecho a sentirse así. Cuando parezca dispuesto a escuchar, tranquilícelo garantizándole que, a través de su propio esfuerzo y un poco de ayuda de los adultos, puede aprender. Retroceda un poco si el niño parece abrumado. Es posible que necesite tiempo para procesar la información sobre sus dificultades de aprendizaje y luego vuelva con algunas preguntas. O, puede ser inquisitivo desde el principio y hacer más preguntas de las que usted pueda contestar. Escuche sus preguntas y proporciónele respuestas sinceras. Si no sabe la respuesta, asegúrele que la averiguará.

Siga el tema con regularidad.  Luego de la primera plática con su hijo sobre sus dificultades de aprendizaje, usted probablemente querrá tener varias conversaciones posteriores para observar los resultados. Es bueno comenzar estas pláticas pidiéndole a su hijo que describa en sus propias palabras, cómo entiende y percibe en ese momento sus dificultades de aprendizaje (y su progreso). Es posible que necesite repetir la explicación de sus dificultades de aprendizaje varias veces, antes de que él pueda entender lo que significa.  Una vez que él haya entendido algo de este lenguaje e ideas, es posible que se sienta más cómodo al hablar de estos temas con sus pares.  Al hacer esto, está sentando las bases para que se defienda a si mismo en la escuela.

Tome en cuenta la edad y la madurez

Más adelante encontrará datos generales sobre las necesidades de información de niños de distintas edades con DA.  Usted es el mejor juez para saber lo que su hijo está listo para escuchar y la vía que prefiere para obtener la información.

Grados K (jardín de infantes) a tercero

Incluso los niños pequeños se preocupan sobre su rendimiento en la escuela. En los primeros grados (desde jardín de infantes hasta el 3er. grado), la mayoría de los niños comienzan a identificar las cosas que hacen bien y aquellas con las que tienen problemas. Ya sea trabajo escolar o habilidad atlética, los niños empiezan el proceso de autoevaluación y comparación con sus pares. Cuando se trata de las dificultades de aprendizaje de su hijo, asegúrele que usted y sus maestros están trabajando juntos para ayudarlo a que le vaya bien en la escuela: ¡que no debe hacer todo solo!  Si siente que es oportuno, hágalo participar en reuniones informales con usted y el maestro, sobre los retos y los objetivos del aprendizaje. Si él participa directamente en la solución, es más probable que se comprometa a mejorar.

Grados cuarto y quinto

Para los grados superiores (4 y 5), los niños que conocen bien cuáles son sus virtudes y debilidades académicas. Si su hijo se identifica a sí mismo como un estudiante “malo” o “lento”, ayúdelo a entender las diferencias entre una dificultad de aprendizaje específica y la falta de inteligencia o habilidad general. Por definición legal, los niños con DA tienen una inteligencia por encima del promedio, por lo que son suficientemente inteligentes para aprender. Permítale saber que para algunos temas académicos, sólo necesita algunas técnicas muy específicas que le ayuden a aprender. Sea sincero acerca de sus dificultades, pero bríndele información objetiva sobre su inteligencia y las cosas que hace bien. Ayúdele a entender que sus problemas de aprendizaje son sólo una parte de quien él es. (“Sí, tienes problemas para leer, pero eres un jugador de fútbol excelente, un hermano mayor fantástico y un campeón en Pictionary. Los problemas de lectura son sólo una parte de quien eres”). Ésto lo ayudará a estar motivado y a tener la energía necesaria para el futuro. 

Los niños de cuarto y quinto grado son expertos en las afirmaciones “Sí, pero…” que pueden debilitar el éxito: “Sí, pero tengo una “F” en este examen de ortografía, así que nunca voy a ir a quinto grado”. Si escucha algo como eso, vuelva a enfocarlo en el cuadro más pequeño, “Parece que esa prueba de ortografía te resultó difícil. Vamos a ver qué podemos hacer para que te vaya mejor en el examen de la semana próxima”. Háblele sobre lo que puede hacer diferente e identifique las formas en las que puede ayudarlo. Y recuerde: es esencial cumplir toda promesa de ayuda.

Continúe con el buen trabajo

Cuando puede hablar con su hijo sobre sus dificultades específicas de aprendizaje de una manera informada y afectuosa, hay una gran probabilidad de que él conserve su autoestima, desarrolle estrategias efectivas para abordar el problema, y aprenda a apreciar la diversidad de sus talentos, tanto dentro como fuera de la escuela. En última instancia, la conciencia de sí mismo, abogar por sus necesidades, el respeto por sí mismo y el trabajo riguroso serán las claves de su éxito.