El problema: Mi niño solo me escucha cuando le grito. Quiero dejar de gritar.Prueba esto

Detente. Observa cómo tus emociones se intensifican, antes de que superen tu buen juicio. Respira profundamente para calmarte y piensa en hablar de la manera en que te gusta que te hablen.

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Ten una conversación franca cuando no estés enojado. ¿Cuál es el tono que quieres usar en la conversación? ¿Cuáles son algunas formas más amables pero igualmente efectivas de expresar la ira?

Ponte de acuerdo en usar otras alternativas en lugar de gritar. Podrías proponer una palabra clave para cuando hables en serio. O decir que te sientes frustrado o molesto en lugar de gritar. Firma un acuerdo que diga que usarás estas alternativas en lugar de gritar.

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Piensa lo que significa para tu hijo en el mundo exterior haber aprendido a cooperar a base de gritos.


Di

“Tenemos que cambiar la forma en que nos comunicamos y debemos comenzar ahora. Ambos somos responsables de las malas vibras que a veces hay entre nosotros y me gustaría escuchar tus ideas sobre cómo solucionar este problema”.

Di

“Quiero sentirme escuchado y respetado y quiero lo mismo para ti. ¿Cómo podemos comunicarnos para que esto suceda?”.

No digas

“¿Por qué no puedes simplemente escuchar? ¡Me vas a volver loco!”.


Por qué

Los niños aprenden más de lo que hacemos que de lo que decimos. Cuando gritas, le enseñas a tu hijo que gritar es la manera de hacer que las cosas sucedan. Catalogar tus emociones (por ejemplo, “Me siento frustrado”) te ayuda a calmarte.

Gritar puede parecer eficaz en el momento, incluso puede salvar la vida de tu hijo. ¡Cuidado con ese camión! Pero en situaciones menos peligrosas, gritar crea drama cuando realmente quieres resolver problemas. Gritar es una señal de que has perdido la cabeza y no puedes resolver la mayoría de los problemas sin ella.

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