El acto de compartir es una parte importante de la crianza que nunca dejamos de aprender y perfeccionar, ¡incluso en la adultez! Como humanos, nuestra naturaleza es ser posesivos y recelosos de aquello que nos pertenece. Sin embargo, con el tiempo aprendemos lo satisfactorio que es compartir.

Como padre, sabes que desarrollar la capacidad de compartir un juguete favorito o de dedicarle tiempo a un ser querido puede ser un gran logro para tu niño de preescolar o kínder. Para poder compartir, tu hijo necesita entender que los demás también tienen sus propias necesidades y deseos. A nivel de desarrollo, esto ocurre cuando los niños comienzan a entender que no son el centro del universo (la etapa egocéntrica), sino uno de los muchos planetas y constelaciones que forman parte de este. A continuación, te mostramos algunos métodos sencillos para enseñarle a tu hijo a compartir:

Demuéstrale que tú también compartes

Suena sencillo, pero a veces olvidamos que la mejor manera de educar a nuestros hijos es mediante el ejemplo. Cuando estés compartiendo algo, asegúrate de explicarle a tu hijo lo que estás haciendo y el por qué; de lo contrario, puede que el niño no sea consciente de lo que está ocurriendo. Por ejemplo, puedes decirle que es satisfactorio ayudar al vecino al prestarle un libro o las herramientas de jardinería, y que el vecino también se siente agradecido por ello.

Felicítalo por compartir

Cuando tu hijo comparta un juguete con sus hermanos o amigos, felicítalo, pero sé específico con tus palabras. A menudo, usamos la palabra “amabilidad” para describir el acto de compartir. Pero “amabilidad” es una palabra difícil de definir, y aún más difícil de entender para un niño. En lugar de decir “gracias por ser tan amable con tu amigo”, puedes decir “gracias por compartir tu pelota con Matthew. Se puso muy contento”.

Si tienes un hijo único, es conveniente que asumas de vez en cuando el papel de compañero de juegos para que así pueda vivir la experiencia de compartir un objeto preciado. (¡Además, a tu hijo le encantará jugar contigo a solas!). Permítele que tome la iniciativa mientras juegan a la hora del té o con sus muñecas. Esto reforzará el comportamiento que debe mostrar al jugar. Aprovecha la oportunidad para demostrarle que compartes un juguete con él, pero asegúrate de verbalizar la acción. Podrías decir: “¿Quieres compartir estos bloques? Me gustaría construir una torre contigo”. De esta manera, le demuestras el comportamiento que debe tener cuando juegue con sus amigos o familiares.

Ten paciencia

Durante la etapa del preescolar (o kínder), tu hijo puede comenzar a entender la satisfacción de compartir. Sin embargo, hasta que no vea los beneficios de compartir, no decidirá hacerlo por voluntad propia.

Uno de los beneficios que el niño puede experimentar es la alegría de interactuar con un compañero de juegos o un familiar. Descubrirá que es más divertido compartir los juguetes con otra persona que acapararlos todos. Esto se debe a que está desarrollando un sentido de identidad en relación a otros. Y al hacerlo, está comenzando a entender la importancia del sentido de pertenencia dentro de una comunidad. Por supuesto, eso no significa que siempre querrá compartir. De hecho, puede que muchas veces no quiera hacerlo. Pero al realizar pequeñas acciones como compartir un juguete o un bocadillo, tu hijo puede comenzar a generalizar estas experiencias con más amigos y con objetos de mayor importancia. Por ejemplo, no es conveniente que le sugieras a tu hijo que comparta su cobija o camión favorito, pero podrías invitarlo a que comparta sus crayones. A continuación, encontrarás otras actividades que pueden facilitar el proceso de compartir:

  • Proyectos de arte: como pintar, dibujar, hacer collages o trabajar con arcilla.
  • Jardinería: el proceso de cuidar de un ser vivo es una gran forma de compartir. Intenta plantar frijoles que germinen rápido en un recipiente de yogur; compartan la responsabilidad de regarlos.
  • Comida: aunque compartir la comida no siempre es fácil para un niño, corta una fruta y cuenta los trozos compartidos. “Uno para mí, uno para ti, uno para mí…”.
  • Dar regalos sencillos: ayuda a tu hijo a sentir la alegría de compartir. ¿Por qué no incentivarlo a tener una muestra de afecto con un miembro de la familia? Puede ser un cupón para un abrazo o un dibujo.
  • Juegos que involucren una pelota: ¡Es difícil jugar a atrapar una pelota con un solo jugador!