Al inicio del año escolar, los padres se preguntan cómo será la nueva maestra. ¿Entenderá las necesidades de aprendizaje o de atención específicas de su hijo? ¿Reconocerá sus talentos especiales? ¿Mantendrá una buena colaboración con ella este año, o se convertirá en un problema?

Lamentablemente, no existe un manual de instrucciones donde encontrar respuesta a las preguntas sobre su hijo. Si embargo, puede aprender de otros padres en la misma situación. Cuando preguntamos a los padres “¿Qué trucos o estrategias de los que probó le sirvieron para establecer una colaboración positiva con la maestra de su hijo?”, estos fueron los 10 mejores consejos:

  1. Ayude a los maestros a que conozcan a su niño.

    Mark Condon dice: “Durante la primera semana de clase, cuéntele a los maestros cómo es su hijo: lo que le gusta y lo que le disgusta, sus debilidades, los rasgos de su personalidad. Hable también de las esperanzas que usted tiene puestas en él. Cuanto más sepa la maestra sobre su personalidad, mejor podrá enfrentar cualquier problema.

    Debbie Penny se reúne con todos los maestros de su niño unas dos semanas después de que comiencen las clases. “Siempre insisto en uno o dos objetivos para mi hijo; por ejemplo, cómo tomar notas o cómo estudiar para los exámenes.

    Hace que los maestros sepan que le estoy apoyando y que formamos un equipo para que aprenda más y mejor.”

    Por su parte, Michelle Hall da a la maestra una lista de las rutinas y hábitos de estudio que ella y su hija aplican en casa, “para que conozca las costumbres de mi hija.”

    Rhonda Jacobson también comparte estrategias con la maestra. “Mantenga a la maestra informada sobre su hijo, incluyendo evaluaciones recientes, información médica, situación familiar – en otras palabras, cualquier cosa que pueda afectar a su rendimiento.”

    “Sobre todas las cosas,” dice DeEtte Wiberg, “quiero que sepan cuánto aprecio que presten atención a los sentimientos de mi hija.”

  2. Colabore.

    Nos dice Patti Maddox: “En todas las reuniones escolares siempre digo que no somos enemigos. Entendemos que somos un equipo, donde el objetivo es que nuestro hijo tenga el mejor rendimiento posible. Le pedimos a los maestros que nos digan qué podemos hacer para colaborar con ellos.”

    Margaret Franco está de acuerdo: “Trate a los maestros de su niño como integrantes de su equipo. Pídales ayuda y estrategias para practicar con su hijo en casa. ¡Y póngalas en práctica! Los maestros valoran que los padres cumplan con su parte.”

    Deborah Brownson dice: “Si la maestra quiere probar una estrategia nueva, organizo una reunión dos o tres semanas más tarde para averiguar s está funcionando. Después de haberlo intentado a su manera, los maestros se sienten más dispuestos a probar con otros métodos.”

    Si la maestra le advierte que su niño tiene un problema académico o de conducta, Mark Condon aconseja, “explíquele qué medidas ha tomado en casa para corregir esos problemas. Así también envía el mensaje a su niño de que todos juntos forman un equipo donde se apoyan unos a otros.”

    Martha Randolph Carr dice: “Soy muy cuidadosa cuando decido por qué cosas batallar y me mantengo firme cuando es necesario, pero sin convertirlo en una cuestión personal. Nadie quiere hacer mal su trabajo y existen muy pocas maestras que realmente sean insensibles. Si una maestra parece abrumada por su trabajo, le pregunto cómo puedo colaborar.”

    No se concentre exclusivamente en los problemas. Annette McMillian sugiere: “Cuando veo que ocurre algo positivo que mejora el aprendizaje de mi hijo, felicito a la maestra por su buen trabajo.”

  3. ¡Comuníquese, comuníquese, comuníquese!

    Ya sea por email, por teléfono, con notas o en persona, los padres hacen un continuo esfuerzo para mantenerse en contacto con los maestros de sus hijos.

    Sandy Barr dice: “Nos comunicamos por email para asegurarnos de que estamos al tanto de información importante y las tareas y proyectos asignados.”

    Kathy Foy también se comunica al menos una vez por semana con la maestra de su hijo por email. “Así nos mantenemos en comunicación constantemente en el momento que nos conviene a las dos, con tiempo suficiente para hacer y responder preguntas.”

    Michelle Hall dice: “Me aseguro de que la maestra sepa que estoy dispuesta a hablar de lo que sea, y de que se comunique conmigo antes de que los problemas vayan a más.”

    Mary Drabik agrega: “No sólo uso los emails para hacer preguntas y ofrecer información, a veces incluso envío chistes.”

    Carol Hudson cree que “tener una comunicación abierta por medio de notas o reuniones con la maestra es una buena manera de saber qué tal cómo le va a su hijo en la escuela. Por ejemplo, qué están estudiando en la clase de ciencias o de historia. Y no olvide hablar con su hijo sobre las tareas escolares todas las noches.”

    Emilie Serratelli y su esposo envían emails, hablan por teléfono y van a la escuela a hablar con la maestra periódicamente durante el curso. Ella dice: “En todas las comunicaciones, le repetimos a la maestra que ella es una integrante clave del equipo, ya que es quien pasa más tiempo con nuestro hijo.”

  4. Mantenga la calma.

    Mary Peitso aconseja: “No trate de culpar a los demás. Trate de resolver los problemas que se presenten sin atacar a nadie.”

    Amy Moore dice: “Cuando se exprese utilice la primera persona (yo), en lugar de ‘usted’. Por ejemplo: ‘Estoy preocupada porque mi hijo está estresado por la cantidad de tareas que tiene’, en lugar de ‘¡Usted pone demasiadas tareas a mi hijo!'”

    Nancy Ficaro siempre trata de ser “lo más positiva posible cuando colaboro con los maestros de mi hija. También les digo que entiendo perfectamente que trabajar con un niño que necesita más atención no siempre es fácil, especialmente cuando están tratando de atender las necesidades del resto de los alumnos.”

    Pam Swayne nos recuerda que lo de “mantener la calma” también es aplicable a su hijo. “Cuando mi hijo quiere que intervenga en la escuela, no reacciono emocionalmente. En cambio, le pido que escriba una lista de lo que quiere que hable con la maestra. Luego vamos juntos. Él es quien habla y yo le doy mi apoyo.”

  5. Póngalo por escrito.

    Susan Morgan y su esposo se dieron cuenta de que la mejor manera de formar un equipo con los maestros de su hija es “poner todo por escrito y documentar las peticiones, preguntas y notas. Siempre estamos bien preparados para las reuniones trimestrales con en la documentación entregada y recibida de cada maestro.”

    Kim Klupenger también pone todo por escrito. “Todos los meses escribo un resumen de cómo le va a mi hijo: cuáles son las áreas en las que noto mejoras, qué hemos estado haciendo para avanzar hacia nuestros objetivos comunes y qué dificultades hemos tenido en casa.”

  6. Únase a otros para ayudar a su hijo a organizarse.

    Juntos, usted y los maestros de su hijo pueden ayudarle a organizarse. Como dice Robi Joslin: “A principios de año la maestra de mi hijo estableció un método usando carpetas. Cada niño tiene una carpeta donde pone cualquier cosa que debe llegar a casa. Así evita que se pierdan los papeles. Además revisa la carpeta todas las mañanas para ver si nosotros le hemos enviado algo. Con este sistema sé que ella recibe mis notas.”

    Jana Boswell tiene un método similar. “La maestra y mi hijo tienen un cuaderno de tareas diarias. Al final de cada clase mi hijo pasa por el escritorio de la maestra, ella revisa las tareas que le ha asignado y coloca sus iniciales para ese día. Le lleva 15 segundos hacerlo y nos informa de lo que debemos hacer en casa.”

  7. Participe en el aula.

    S. Barend aconseja: “Mostrar interés por otras cosas aparte de su hijo ayuda a fomentar la relación con la maestra. Nada puede reemplazar estar presente en la clase.”

    Karen Peterson no sólo es voluntaria en el aula de su hija, sino que también colabora con la maestra de recursos especiales. “Mi objetivo es aliviar a la maestra de algunas tareas rutinarias, para que ella tenga más tiempo y energía que invertir en ahudar a mi hija a superarse en la escuela. Me beneficio enormemente al estar mejor conectada con lo que pasa en la escuela – sobre todo porque mi hija no me cuenta demasiado sobre cómo ha transcurrido el día.”

    Lana Baeten no sólo es voluntaria en el aula de su hija, sino que también lo es para cualquier maestra que necesite su ayuda. “Esto me ayuda a establecer una relación con los otros maestros, lo que resultará útil cuando mi hija pase al grado siguiente.”
    Una madre que sabe mucho de computadoras, Debbie Johnson, es voluntaria y crea calendarios y carteles con imágenes que se necesitan en el aula.

    Jackie Brennan ayuda a los maestros creando formularios por computadora, por ejemplo para la asignación de deberes. “Estos esfuerzos”, señala Jackie, “benefician a todos los alumnos.”

  8. Endulce la relación.

    Susan Weans sugiere: “Demuéstrele a los maestros que está agradecida. Cómpreles obsequios y tarjetas. Pregúnteles cómo están y hágalo sinceramente. Haga un regalo de vez en cuando.”

    “No tenga miedo de ser creativo,” dice Danelle Ivey. “En dos ocasiones reuní a mis amigos y cocinamos un almuerzo para los maestros. Incluso si trabaja fuera de su casa, puede sentir que participa de las actividades escolares donando ropa o uniformes que ya le quedan chicos a sus niños, pero que servirán en casos de emergencia.”

  9. Aumente el conocimiento del maestro sobre los problemas de atención y de aprendizaje.

    Los maestros tienen muchas cosas que hacer, especialmente los maestros de educación general, que deben cubrir un programa de estudios con todo tipo de alumnos. Usted puede ayudarles a ampliar su conocimiento sobre los problemas de aprendizaje dándoles información respaldada por estudios.

    Por ejemplo, Jil Lewis ofrece a las maestras “hojas informativas sobre la dislexia y sobre cómo afecta a su hijo.”

    De igual manera, Danelle Ivey prepara materiales suplementarios. “La mayoría de las veces se le da al maestro una pila de papeles sobre los programas de educación individualizados sin que tengan ninguna información sobre los antecedentes del niño. En lugar de asumir que alguien de la escuela va a explicarles el Plan de Educación Individualizado (PEI) de mi niño, lo hago yo misma. Les explico las razones por las cuales hay que hacer ciertas modificaciones o qué significan algunos de los aspectos poco comunes que contiene el PEI.”

    Adrienne Lopez dice “Cuando usted no está de acuerdo con una maestra sobre la educación de su hijo, lo mejor es sustentar sus argumentos con hechos. Muchas veces he enviado por email o correo ordinario artículos con los consejos de expertos sobre cómo ayudar a los niños con discapacidades de aprendizaje o con necesidades especiales. Muchas de las estrategias que he sugerido también han ayudado a otros alumnos de la clase.”

  10. 10. Conozca sus derechos y sus responsabilidades.

    “Lo mejor que pueden hacer los padres de un niño con necesidades especiales”, dice Patti Maddox, “es aprender las reglas y leyes que rigen las escuelas. Averigüe cuáles son las responsabilidades de la escuela y asegúrese de que comprende sus propias responsabilidades.”