¿Está tu hijo obsesionado con las redes sociales? ¿Habla sin parar sobre personas de las que no tienes ni la menor idea, como PewDiePie, Brain Jotter y Charli D’Amelio?

Muchos niños lo hacen, y su interés es normal para su grupo de edad, el cual está fuertemente influenciado por las redes sociales. Una encuesta realizada en el 2022 por Pew Research demuestra que un 95 por ciento de niños entre los 13 y 17 años usa YouTube, 67 por ciento usa TikTok, 62 por ciento usa Instagram y 59 por ciento usa Snapchat. De forma alarmante, 35 por ciento de los adolescentes usan al menos una red social “casi constantemente”. La popularidad de TikTok es la más meteórica. Fundado en septiembre de 2016, TikTok es el dominio más buscado del mundo en la actualidad, debido en gran parte al uso que le da la Generación Z.

Los adolescentes también usan otras redes sociales, pero en menor grado: solo 32 por ciento usa Facebook, 23 por ciento usa Twitter, Twitch y WhatsApp obtienen un 20 por ciento cada uno y apenas un 17 por ciento sigue usando Reddit.

¿Cuánto tiempo le dedica tu hijo a las redes sociales? Si está dentro del “promedio” le dedica entre 1 y 3 horas al día, de acuerdo a un estudio de Reino Unido publicado en Paediatrics en el 2019, donde el 20,8 por ciento de niños entre los 13 y 15 años dedicaban más de 5 horas al día a esta actividad.

Las redes sociales son increíblemente populares por una infinidad de motivos. Las redes sociales ayudan a los adolescentes a establecer contactos, a expresarse, a conectar con personas de su edad en todo el mundo, sin mencionar todo el entretenimiento, humor, noticias y material educativo que abarcan una gran variedad de temas. Todos estos aspectos son positivos, pero también existen muchos riesgos. De hecho, el cirujano general Vivek Murthy declaró recientemente en Newsroom de CNN que 13 años es muy pronto para que los niños utilicen las redes sociales. Durante la adolescencia temprana, afirmó, los niños aún están “desarrollando su identidad, la conciencia de sí mismos… El entorno sesgado, y muchas veces distorsionado, de las redes sociales a menudo trae consecuencias negativas para muchos de estos niños”. Por lo tanto, aunque legalmente la mayoría de compañías permite que los niños mayores de 13 años se registren y usen sus páginas web, es importante que los padres determinen sus propias normas para el uso de estas páginas.

Los padres necesitan considerar con cuidado la forma en que las redes sociales pueden afectar el cerebro en desarrollo de un adolescente y determinar el papel que estas pueden o deberían cumplir en su vida. Tal como ocurre con los videojuegos, las redes sociales pueden tanto beneficiar como perjudicar la salud mental de tu hijo, dependiendo del contenido al que esté accediendo y la forma en que se está usando la información, lo cual resulta aterrador para los padres. Una buena regla general es que las redes sociales pueden ser seguras si se usan con moderación y con supervisión parental, pero pueden llegar a ser nocivas si se abusa de ellas, sin orientación y con acceso a contenido inapropiado para la edad del niño.

A continuación, presentamos los aspectos a los que los padres deberían prestar atención respecto a las redes sociales.

Tristeza y ansiedad

Múltiples estudios demuestran que dedicarle una cantidad de tiempo excesiva a las redes sociales puede generar tristeza, ansiedad o soledad en los niños. Un estudio del año 2021 publicado en Journal of Adolescence reportó que desde el 2012, la soledad y depresión adolescente han aumentado. El aumento fue mayor en las chicas que en los chicos. Uno de los motivos principales son los teléfonos inteligentes y la nueva tecnología.

Otro informe de International Journal of Adolescence and Youth descubrió que la depresión, la ansiedad y los trastornos psicológicos están relacionados con el uso de las redes sociales. Un artículo del 2022 publicado en Atlantic, titulado “Por qué están tan tristes los adolescentes de Estados Unidos”, citó datos del CDC que revelaban que el porcentaje de estudiantes estadounidenses de escuela secundaria que sentía tristeza o desesperanza de forma persistente aumentó de 26 a 44 por ciento entre 2009 y 2021. Este estudio también mencionó el uso de las redes sociales como el primero de cuatro factores que contribuyen a este problema.

Humillación corporal y autolesiones

Las redes sociales, de acuerdo a un informe de 2020, tienen el mayor impacto en la forma en que las mujeres se sienten respecto a su cuerpo en la actualidad: 87,73 por ciento admite que compara su cuerpo con el de otras personas que ven en las redes sociales. Las adolescentes (y niñas) sienten la misma presión. Un artículo de Time de 2021 titulado “Instagram hace que las adolescentes se odien a sí mismas. ¿Es un error o una característica?”, afirma que Instagram tiene características “integradas a la base misma de la plataforma” que puede llevar a las adolescentes a desarrollar sentimientos negativos sobre sus cuerpos, y que Facebook (que es el dueño de Instagram) sabía que esto era nocivo para la “salud mental de muchos adolescentes, sobre todo de las chicas”. La propia investigación de Facebook, señala un informe del Wall Street Journal, reveló que Instagram “empeoró los problemas de imagen corporal para una de cada tres adolescentes”. Además, “6 por ciento de usuarios estadounidenses”, representado por adolescentes con pensamientos suicidas, “relacionaron el deseo de suicidarse con Instagram”.

Ciberacoso

Los números no mienten: el ciberacoso es un problema para los adolescentes de hoy en día. Un estudio de Pew Research del 2022 descubrió que el 46 por ciento de adolescentes de Estados Unidos, en edades comprendidas entre 13 y 17 años, ha experimentado ciberacoso, incluyendo insultos, difusión de rumores y recibir amenazas e imágenes explícitas no deseadas, siendo las adolescentes de mayor edad las principales víctimas, quienes eran acosadas por su aspecto físico. Una encuesta anterior mencionó que de los adolescentes que reportaron estar en línea “casi constantemente”, 67 por ciento han sido víctimas de ciberacoso, en comparación con el 53 por ciento que usa internet varias veces al día o menos. El Centro de Investigación contra el Ciberacoso señala que los jóvenes LGBTQIA tienen 50 por ciento más probabilidades de ser víctimas de ciberacoso, y los adolescentes transgénero tienen las mayores probabilidades de ser acosados. Hay un pequeño lado positivo y es que el acoso en general ha disminuido en los últimos años, de acuerdo a estudios como esta investigación de Maryland que recolectó información de 246.306 estudiantes. El ciberacoso también ha disminuido un poco. Un estudio de Pew Research del 2018 demuestra que 59 por ciento de adolescentes reportó haber sido víctima de ciberacoso en 2018, mientras que la cifra de 46 por ciento del 2002, aunque sigue siendo extremadamente alta, revela una disminución de 13 por ciento en los últimos cuatro años.

Prácticas peligrosas

La presión social a través de medios virtuales puede ser increíblemente poderosa. Diversos estudios indican una relación entre “alcoholposts” o posts/publicaciones relacionadas con el alcohol en Instagram y el abuso del alcohol. Un estudio del 2020 en los Países Bajos concluyó que “se ha demostrado que estas publicaciones aumentan la ingesta de alcohol”. Además, la ubicuidad de publicaciones en redes sociales sobre celebridades consumiendo drogas u otras sustancias adictivas normaliza el consumo de drogas, el cual no trae beneficios para nadie, sobre todo para los adolescentes cuyos cerebros aún no se han desarrollado del todo.

A menudo, los jóvenes asociados a pandillas usan las redes sociales para provocar a los rivales, lo que genera actos de violencia fuera de internet, de acuerdo a una investigación del 2020 basada en un trabajo de campo que se realizó en el sur de Chicago. Puede que el mayor peligro sea cuando las redes sociales instan a la audiencia a involucrarse en actividades peligrosas, como el “juego de la asfixia”, el cual incentiva la asfixia autoerótica. Este mapa muestra el alto número de muertes causadas por este peligroso juego, promocionado por TikTok.

La crianza en la era de la tecnología

Lamentablemente, aún desconocemos muchas cosas sobre los efectos a largo plazo de las redes sociales en el desarrollo del cerebro. Y debido a que las redes sociales siguen evolucionando y están aquí para quedarse, los padres necesitan pensar con detenimiento en el papel que estas cumplirán en la vida de su hijo. Sin embargo, existen algunas precauciones inteligentes que los padres pueden tomar, incluyendo:

  • Limitar el uso que les da tu hijo. Habla con tu hijo y acuerden un límite de tiempo razonable u otras restricciones de tiempo, tales como no revisar las redes sociales una hora antes de dormir. Existen herramientas para controlar y limitar el acceso a las redes sociales que pueden ayudarte a ti y a tu hijo a determinar cuánto tiempo les está dedicando en la actualidad y así poder reducir el uso de estas.
  • Concientizar a tu hijo. Al explicar y discutir abiertamente cómo los hábitos relacionados a las redes sociales pueden impactar de forma negativa la salud mental, puedes ayudar a tu hijo a tomar decisiones digitales inteligentes y seguras.
  • Crea un espacio seguro para expresar emociones. Busca momentos de calma para hablar con tu hijo, y cuando lo hagas, intenta escuchar más y hablar menos. Mientras más claro dejes que estás dispuesto a escuchar sin juzgarlo, mayores serán las probabilidades de que tu adolescente se sincere.
  • Modela la conducta que quieres observar. Sigue siendo tan relevante como cuando tu hijo era pequeño: la conducta que demuestras es la primera y la más importante de la que tu hijo aprenderá. Recuerda que tu hijo siempre te está observando. Si estás todo el día en el teléfono, tu hijo pensará que es normal (y hará lo mismo). Apaga todos los aparatos de manera regular y disfruta de una conversación cara a cara. Saca a tu hijo a pasear, sin juguetes digitales, y disfruten del viento, del sol, de los árboles y de las flores. Los cerebros en desarrollo necesitan el tipo de nutriente que la tecnología, sin importar lo sofisticada y hechizante que sea, nunca podrá brindar.