Mi hijo Haley, de 16 años, recientemente entró a mi oficina y anunció que había terminado un manuscrito de 600 páginas. Supongo que eso sería inusual viniendo de cualquier adolescente de 16 años, pero dada la historia de mi hijo es especialmente impresionante.

Haley tiene TDAH y dislexia. A los 7 años, odiaba la escuela. Se escondía debajo de la mesa del comedor para evitar leer o hacer sus tareas. Mis novelas sobre Percy Jackson comenzaron como cuentos para dormir para él (un intento desesperado de un padre por mantener el interés de su hijo en la lectura). Por eso hice que Percy Jackson tuviera TDAH y dislexia, y puse mucho énfasis en esas dos condiciones.

En los últimos nueve años, muchas cosas han cambiado. Percy Jackson se convirtió en una serie de cinco libros. Haley emprendió su propio viaje del héroe, pasando de ser un lector reacio a un devorador ávido de libros. Ahora, mientras lanzo una nueva serie, The Heroes of Olympus (Los héroes del Olimpo), que regresa al mundo de Percy Jackson, parece un momento apropiado para reflexionar sobre lo que he aprendido acerca de hacer que los niños con TDAH y/o dislexia lean. No puedo prometer que todos los niños con diferencias de aprendizaje se convertirán en novelistas, pero sí creo que todos los niños pueden convertirse en lectores de por vida. A continuación, presento cuatro cosas esenciales que he aprendido como padre y maestro:

  1. Fomenta la lectura en casa.

    Si los padres están demasiado ocupados para leer, es probable que los niños sientan lo mismo. Dedica tiempo para la lectura en familia cada noche. No importa tanto lo que lean los niños, siempre y cuando les brindes un espacio para la lectura y les transmitas la sensación de que es una parte valiosa de su rutina diaria. A veces, la familia Riordan lee libros juntos. A veces, todos estamos leyendo cosas diferentes. Pero valoramos los libros y tenemos conversaciones interesantes sobre nuestros autores e historias favoritas.

  2. Encuentra los libros adecuados para tus hijos.

    Con “libros adecuados”, me refiero a aquellos que los dejarán con ganas de leer más. El gusto de cada niño es diferente. No te preocupes si no están leyendo “Guerra y paz” a los 12 años. Primero, construye una buena base y una actitud positiva hacia la lectura al permitirles elegir las historias que disfrutan. Haz amistad con una persona que vende libros o con un bibliotecario. Ellos son una fuente de información invaluable para encontrar libros que a los niños les gusten.

  3. Crea un ambiente adecuado para la lectura.

    Por lo general, esto significa tener pocas distracciones. Leer escuchando música o con la televisión encendida no es buena idea. Por otro lado, muchos niños con TDAH pueden concentrarse mejor si tienen algo con lo que jugar, como una pelota antiestrés, un borrador u otro objeto pequeño que absorba su energía cinestésica. Deja que tu hijo participe en la búsqueda del espacio más cómodo para leer: una silla, un sofá, un desván, el patio, etc.

  4. Mantén una perspectiva a largo plazo.

    Tu hijo crecerá para convertirse en una persona exitosa. El TDAH y la dislexia realmente son diferencias, no discapacidades. Un número desproporcionado de millonarios son disléxicos. Los adultos con TDAH son valiosos en el lugar de trabajo porque pueden enfocarse como un láser en las cosas que realmente les interesan. Los niños con diferencias de aprendizaje se convierten naturalmente en pensadores originales, ya que tienen que encontrar formas diferentes de resolver problemas. Si logramos que estos niños atraviesen de la mejor forma los años escolares, serán exitosos.

    Yo entiendo la situación desde la perspectiva de un padre con un hijo que tiene estas diferencias. Parece que fue ayer cuando mi hijo se escondía debajo de la mesa para evitar leer. ¡Ahora está escribiendo libros más largos que los míos!

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Este ensayo apareció por primera vez en WSJ.com/Speakeasy. Fue reimpreso con autorización.