Algunas investigaciones sugieren que la seguridad en uno mismo es genética, que algunos niños nacen predispuestos a ser audaces y seguros de sí mismos o tímidos y sumisos. Pero esto no significa que esas cualidades sean inmutables. Podemos enseñarles a nuestros hijos a tener más confianza, y es importante hacerlo.

La seguridad en uno mismo, confiar en nuestras propias habilidades y juicio, puede ser el núcleo de perseverancia, coraje y confianza en uno mismo. Albert Bandura, el principal experto en la seguridad en uno mismo (también conocida como autoeficacia) dice que puede tener un impacto en todo, desde los estados de ánimo de las personas hasta sus acciones y motivación.

La seguridad en uno mismo afecta el rendimiento escolar incluso más que el coeficiente intelectual. Los niños seguros de sí mismos intentan cosas nuevas y no ven el fracaso como una razón para detenerse. Tienen una mentalidad de “inténtalo, inténtalo de nuevo”. Tienden a ser optimistas y su seguridad les hace creer que pueden lograr sus objetivos.

Fomenta una confianza en sí mismo saludable

Para fomentar una confianza en sí mismo saludable, enfócate en estas cuatro actividades identificadas por Bandura, un ex profesor de psicología en la Universidad de Stanford.

  1. Ayuda a tu hijo a dominar algo

    Tener “dominio en algo” significa realizar una tarea con éxito y saber que este provino del esfuerzo. Apoya a tu hijo para que sea realmente bueno en algo, ya sea en la escuela, los deportes o dibujando tranquilamente en casa. Esto significa mantener altas expectativas y enseñarles a los niños el valor del trabajo duro y la práctica.

    Otra forma de estimular el dominio en algo es demostrándole a tu hijo que confías en él. Darle tareas y responsabilidades en la casa es una forma de demostrarlo. Y no está mal decir “confío en ti”, ya sea para alimentar al gato dos veces al día o para revolver los huevos. Dale tareas razonables, según la edad y nivel de habilidad. (Él todavía necesita tu guía y supervisión).

  2. Busca modelos que le sirvan de ejemplo

    Los “modelos sociales” son una fuerza poderosa para moldear la identidad de los niños. Los niños notan cuando una persona como ellos supera obstáculos y tiene éxito. Ellos piensan: “Si él o ella puede hacerlo, yo también puedo”. Pueden incluso inspirarse en un personaje ficticio o histórico. Healy recomienda que los padres les cuenten historias de sus propias vidas para mostrarles cómo superaron los tiempos difíciles, o pueden compartir historias de vida de personas que fallaron muchas veces pero siguieron intentándolo. Los modelos a seguir le muestran a tu hijo que así es como funciona la vida: intentar, fracasar, aprender.

  3. Alienta a tu hijo

    El refuerzo positivo se refiere al estímulo de personas que admiras o en las que confías. Las palabras tienen un poder enorme. Healy dice que, a menudo, las palabras fortalecen los sueños de los niños, o hieren su espíritu. El mensaje correcto puede recordarle a los niños que ellos pueden manejar un desafío y cuentan con las habilidades para tener éxito. No es adulación. No se trata de elogiar sus talentos como la belleza, la inteligencia o el atletismo. Es alentar sus sueños y planes.

    Y, ¿cuál es la mejor manera de alimentar sus grandes sueños? Elogia a tu hijo cuando haga un gran esfuerzo diciendo cosas como: “Hiciste un buen trabajo al estudiar mucho para la prueba. Te has ganado esa A-“. “Eres una pieza fundamental para el equipo porque has practicado tus tiros libres”. Lo que le estás diciendo es “si perfeccionaste tu tiro libre, puedes también tener éxito en el próximo gran reto”.

  4. Céntrate en lo positivo

    Las personas seguras tienen una actitud positiva. Aunque la positividad, al igual que la seguridad en uno mismo, puede ser genética, también puede inculcarse. Aprender a minimizar el estrés y elevar el estado de ánimo al enfrentar tareas difíciles o desafiantes puede mejorar el sentido de seguridad de una persona. Las emociones negativas hacen lo contrario. La positividad ayuda a las personas a ver más opciones, incluso cuando se enfrentan a un problema, y les hace creer que pueden tener éxito. Ese optimismo aumenta la seguridad en uno mismo. (¡Y tener seguridad en sí misma eleva el estado de ánimo de una persona! Es un círculo virtuoso).

El exceso de confianza puede traer problemas

Demasiada confianza, especialmente si no es realista, puede llevar a la decepción. El exceso de confianza podría hacer que tanto los niños como los adultos juzguen mal sus habilidades, no se esfuercen y se involucren en situaciones más riesgosas sin pensar mucho. Puede llevarlos a juzgar mal sus capacidades y, a menudo, les hace pensar que son superiores a los demás.

Criar niños seguros de sí mismos sin que desarrollen un exceso de confianza puede ser un balance difícil de alcanzar. Debes ser honesto y hacer críticas constructivas cuando tu hijo no sobresalga en algo. Reconoce las cosas buenas que hace sin celebrar cada chiste poco gracioso, cada nota de un instrumento musical mal interpretada, o un dibujo que parece más un garabato. Y, en caso de tener dudas, felicítalo por su arduo trabajo, no por su talento.

Por más complicado que parezca, los padres o adultos pueden aumentar efectivamente la seguridad de sus hijos al confiar, creer, escuchar y apoyarlos sin mimarlos ni elogiarlos en exceso.

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