Cuando los niños son pequeños hacen las preguntas más inesperadas: ¿Pueden escuchar música los caracoles? ¿Cómo viaja mi voz por el teléfono? ¿De verdad los ciempiés tienen cien pies? Da igual si no sabemos la respuesta, lo importante es que los niños sigan preguntando. ¡Es la única forma de aprender!

Pero a medida que se hacen mayores, a muchos niños les empieza a dar vergüenza hacer preguntas. Como padre, tú puedes ayudar a tu hijo explicándole que la curiosidad no solo está bien, sino que es clave dentro y fuera de la escuela. Aquí puedes leer unas cuantas formas para que tu hijo siga haciendo preguntas y aprendiendo cosas nuevas todos los días:

  1. Hacer preguntas juntos

    Intenta responder a cualquier pregunta que te haga tu hijo. Si no sabes la respuesta, no tengas miedo de decírselo: “No estoy segura de por qué el cielo es azul. ¡Vamos a averiguarlo!” Utiliza estos momentos para descubrir algo nuevo y demostrar a tu hijo que también tú sigues aprendiendo.

  2. Explorar en equipo

    Busca información sobre aquello que no sepaa. Si no sabes qué significa una palabra o no recuerdas una fecha o un nombre, consulta un diccionario o busca en el internet. Piensa en las preguntas de tu hijo como un misterio emocionante por resolver o una búsqueda del tesoro. ¡Vamos a encontrar la respuesta!

  3. Comprender cosas juntos

    Si tienes un proyecto, por ejemplo, configurar un teléfono celular nuevo (muchos niños son verdaderos magos cuando se trata de estos aparatos) o armar un juguete, pídele ayuda a tu hijo. Miren las instrucciones antes de empezar y pide a tu hijo que lea los distintos pasos a medida que los realiza. Esto le enseñará que querer es poder: una actitud resolutiva es fundamental para aprender algo nuevo.

  4. Hablar sobre la importancia de las equivocaciones

    Algunos niños no quieren intentar cosas nuevas o hacer preguntas porque tienen miedo a equivocarse. Habla de tus propios errores (¡y ríase de ellos!) cada vez que se equivoque o se confunda. Así ayudará a tu hijo a recordar que todo el mundo se equivoca antes de acertar.