Justo cuando los berrinches han disminuido y crees que es seguro volver a llevar a tu hijo de compras, no te sorprendas si hace un berrinche esperando en la fila para pagar.

“Mami, ¿cómo se metió el bebé en la panza de esa señora?”, pregunta tu hijo de 5 años en voz alta, señalando a la mujer embarazada frente a ti.

Si bien esas preguntas suelen ser inquietantes para los padres, son completamente normales. “En el preescolar, los niños empiezan a tomar nota y a hacer preguntas sobre por qué mamá y papá tienen partes del cuerpo diferentes”, dice Jenna Saul, MD, psiquiatra infantil y adolescente de Auburndale, Wisconsin. “Luego, para cuando cumplen 5 años, la curiosidad sobre las partes del cuerpo se convierte en una preocupación por saber de dónde vienen los bebés”.

En mi hogar, la conversación comenzó incluso antes. A la edad de 2 años, mi hija notó una cicatriz en mi estómago y me defendí como pude con una explicación quizás demasiado informativa sobre lo que es una cesárea: mi primera charla fallida sobre sexo.

La primera pregunta sobre sexo

Ya sea que la primera pregunta sobre sexo se haga en privado o en público, esta suele tomar por sorpresa a los padres.

Katrina Alcorn, una bloguera de Oakland, California, dice que nunca se preocupó por la “charla sobre sexo”.

“No pensé que sería gran cosa”, dice Alcorn, madre de tres hijos. “Soy de mente abierta, apoyo el positivismo corporal y pensé en asegurarme de que mis hijos supieran lo que tienen que saber”.

Luego, un día en el auto, la hija de Alcorn (que cursa segundo grado en la escuela primaria) le anunció que quería casarse con una niña porque no quería morir durante el parto.

“Quedé impactada”, cuenta Alcorn. “Pero organicé mis pensamientos y abordé cada una de sus preocupaciones. Primero, le dije que era muy poco frecuente que las personas murieran durante el parto y que no creía que eso le pasaría a ella. Segundo, le dije que no había problema si prefería casarse con una niña y que no tenía que decidirse en ese momento. Por último, le dije que podía adoptar un bebé sin importar si estaba casada con un niño o con una niña”.

Alcorn se sintió orgullosa por la forma en que abordó las preguntas de su hija, pero al final, su hija tuvo la última palabra. “Me dijo: ‘Quiero casarme con una niña porque besar a un niño me parece asqueroso y, de todos modos, no quiero tener sexo’. ¡No podía creer que la charla sobre sexo se había infiltrado sin estar preparada para ella!”.

Por qué es mejor hablar sobre sexo lo más pronto posible

Si bien los adolescentes de hoy en día están esperando más tiempo para tener sexo, las investigaciones muestran que 13 por ciento de ellos ya han tenido sexo al cumplir los 15 años y que, cuando llegan a los 19 años, 7 de cada 10 adolescentes ya han tenido relaciones sexuales. Y en vista de que los jóvenes adultos están esperando hasta estar a mediados de sus 20 para casarse, la media indica que corren un mayor riesgo de embarazos no deseados e infecciones de transmisión sexual.

Así que, aunque pueda parecer que hablarle a tu hijo pequeño (entre preescolar y quinto grado) sobre sexo es algo prematuro, en realidad es el momento ideal para hacerlo. A medida que tu hijo entra a la preadolescencia y adolescencia, y está más consciente de su cuerpo y sobre asuntos personales en general, puede ser aún más difícil tocar el tema. Aprovecha este período (entre preescolar y quinto grado) para crear los cimientos de una relación abierta y honesta con tu hijo.

“Este es un asunto muy difícil y complicado de discutir, pero, para mí, es una cuestión de salud”, dice Robie H. Harris, maestra retirada y ahora célebre autora de una serie de libros infantiles sobre sexo y el cuerpo, incluyendo It’s Perfectly Normal y Who Has What. “Escribo estos libros porque siento que esto es parte de la vida y es normal hacerse preguntas sobre ello. No solo es importante para la salud física del niño, sino también para su salud emocional”.

Una de muchas pláticas

La mayoría de los expertos coinciden en que “la plática” realmente ya no es una sola plática, sino una conversación constante, una que empieza a una edad mucho más temprana que unas décadas atrás.

“Limitar la educación sexual de tu hijo a una sola plática crea un entorno de vergüenza”, indica Wendla A. Schwartz, M.D., psiquiatra infantil y adolescente, así como directora médica de Solutions Psychiatric Associates en Los Gatos, California. “Los niños definitivamente preguntarán y si un padre cree que un niño de 5 años no está listo para ‘la plática’, se siente avergonzado y dice: ‘Ve y pregúntale a tu madre’ y luego la madre se siente avergonzada. Los niños son excelentes para notar la incomodidad y entonces, para el momento en que ‘la plática’ vuelve a aparecer durante la pubertad, ya tienen la idea de que el sexo es algo malo y vergonzoso y es algo que tendrán en su mente para siempre”.

En cambio, haz que sea un diálogo continuo e informal entre tu hijo y tú que comience cuando está muy pequeño y que continúe a lo largo de su preadolescencia y adolescencia.

Qué decir y cómo decirlo en la primera conversación sobre sexo

Cuando se trata de sexo, la mejor estrategia es dejar que tu hijo dirija la conversación en lugar de hacerle una presentación extensa y complicada.

“En las edades muy tempranas, los padres deben enfocar sus esfuerzos en realmente escuchar a sus hijos y responder a sus preguntas con honestidad”, indica Saul. “Al principio, usar el lenguaje del niño para describir las partes del cuerpo es una buena forma de hacer que el niño se sienta cómodo. Luego, puedes enseñarle los nombres correctos: pene, vagina, matriz, según sea apropiado”.

Schwartz concuerda en que los padres deben dejar que sus hijos lleven la batuta. “El mejor enfoque con todos los niños es solo responder a la pregunta que hacen”, dice. “Una de las cosas más bellas sobre los niños pequeños es que son increíblemente inquisitivos. Tienen un nivel tremendo de curiosidad que no te hará preocuparte por si se olvidan preguntar algo. A medida que se sientan listos para la información, comenzarán a buscarla”.

Entonces, cuando empiecen a llegar las preguntas, da las respuestas más cortas y honestas que puedas y ten en cuenta que, una vez que hayan aprendido lo suficiente, perderán el interés y eso está bien. Prepárate teniendo libros apropiados para la edad de tu hijo antes de que este empiece a hacer preguntas. Robie Harris recomienda que tú leas los libros primero para asegurarte de que estás de acuerdo con la información y la forma en que se presenta. Los libros pueden ayudar a neutralizar un tema cargado; también le dan a tu hijo la oportunidad de investigar más por su cuenta.

Los niños son resilientes

No te preocupes si te equivocas durante la primera conversación sobre sexo o incluso en la segunda.
“Todos cometemos errores”, afirma Schwartz, a quien se le ha complicado el tema del sexo con sus propios hijos. “No te asustes si no lo haces bien. Recuerda: a lo largo de los años, tendrás muchísimas oportunidades para ‘practicar’ cómo dar buena información. Además, por suerte para nosotros, los niños son increíblemente resilientes”.