Es natural que los niños pequeños se llenen de ideas, planes y bromas. Desafortunadamente, plasmar esas ideas en papel no siempre es sencillo. A continuación, te indicamos cómo puedes ayudar a tu hijo a inspirarse a escribir.

Cómo ayudar a tu reacio escritor

Si a tu hijo le cuesta escribir, practicar en casa le ayudará, pero no quieres que parezca otra tarea de la escuela. La respuesta es introducir la escritura en los juegos y viceversa.

Como dice Joseph Pearce en The Magical Child (El niño mágico, enlace en inglés): “El niño nunca puede aprender a jugar sin que los padres jueguen con él. El juego… es un enorme potencial creativo que está dentro del niño, que nunca se desarrolla a menos que sea estimulado por el modelo adulto, el padre”.

Recuerda que tu papel como entrenador de escritura en el hogar es divertirte y estimular la imaginación de tu hijo. No tienes que ser un sargento de instrucción a cargo de la ortografía. De hecho, las investigaciones nos muestran que, a largo plazo, es mucho más importante fomentar la comunicación de ideas que obstaculizar el estilo de un niño en aras de una ortografía correcta.

La raíz de la palabra “comunicación” es “comulgar”, es decir, hacer que las ideas en el cerebro de tu hijo se plasmen en el papel y tu cerebro las codifique. Puedes ayudar de la siguiente manera:

  • Decir: “Vamos a jugar algo”. No es necesario mencionar “juego de escritura” si tu hijo es un escritor reacio.
  • Elegir temas que le gusten a tu hijo, como brontosaurios o películas de monstruos, fútbol o zapatos.
  • Hablar de ideas, hacer preguntas y escuchar atentamente las respuestas.
  • Hacer dibujos, notas y mapas de historias juntos, si tu hijo no puede recordar ideas.
  • Tomar dictados o hacer que tu hijo use una computadora.
  • Dar cumplidos honesta y generosamente.
  • Mantener los juegos cortos.
  • Colocar los escritos en la pared o en el refrigerador o enviarlos a familiares y amigos. La escritura está destinada a ser compartida.
  • Dejar de hacer algo si no es divertido para tu hijo o para ti.

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Cómete tus palabras

El escritor reacio de cualquier edad a menudo necesita volver al nivel de las palabras. Conviértelo en algo divertido horneando panecillos o galletas en forma de palabras que signifiquen algo para tu hijo. Por ejemplo, si le encantan los cómics, moldea la masa y forma palabras como “¡Pow!” o “¡Shazam!”. Si es su cumpleaños, hornea su deseo, como “Gameboy II”. (Y si todo esto es demasiado complicado, usa plastilina o arcilla para formar las palabras).

Supervivencia

Imagina que estás varado en una isla en algún lugar de tu apartamento, casa, garaje o parque local. Tienes que escribir “¡Ayuda!” para que te puedan rescatar los aviones que te están buscando. No tienes lápiz ni papel (y si los tuvieras, la escritura sería demasiado pequeña para leerla desde el aire). Colóquense toallas alrededor de la cabeza y tomen agua (hace calor en la isla). Tu hijo y tú deben inspeccionar su entorno e inventar formas de escribir “¡AYUDA!” sin lápiz. Si estás en el baño, puedes hacer letras gigantes con papel higiénico (y esperar que no haya viento). Si estás en el garaje, es posible que encuentres pintura y pinceles. Si estás en el parque, siempre puedes escribir con la punta del pie en la arena de la caja de juegos. Sugiere lo menos posible, a menos que tu hijo necesite indicaciones. Este juego permite que el niño que se niega a escribir experimente el poder de una sola palabra cuando se usa por una razón. Y si la imaginación de tu hijo es fértil, no te detengas con la primera idea. Encuentra tantas formas como sea posible en cada habitación o ubicación.

Mensajes voladores

Necesitarás una pelota o un frisbee, un poco de cinta adhesiva y papel cortado en seis tiras de 1, 1/2 y 2 pulgadas de ancho. Tanto tu hijo como tú deben escribir tres órdenes, una en cada tira de papel, que le indique a la otra persona que haga algo físico. Por ejemplo, podrías escribir “salta sobre el pie izquierdo seis veces” o “chirría como un ratón”. Traten de no ver las órdenes del otro. Salgan y párense tan lejos como tu hijo pueda lanzar la pelota o el frisbee. Comienza el juego pegando tu primera tira a la pelota o al frisbee. Arrójaselo a tu hijo. Que lea el mensaje y siga las instrucciones. Luego, él pegará su primera tira a la pelota o al frisbee y devolverá un mensaje volador. Si no tienes un lugar para jugar al aire libre o el clima no es agradable, puedes meter el mensaje en un calcetín, hacer una bola y tirarlo adentro. (Sugerencia: No juegues a este juego en un día en que estés mal del estómago). En la escuela, un niño con problemas de aprendizaje puede no relacionar por qué las ideas en su cabeza deben plasmarse en el papel y ser leídas. Pero cuando los mensajes vuelan por el aire, afectan el comportamiento de la otra persona (especialmente la hacen parecer disparatada), y la escritura tiene sentido para el niño.

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Afortunada/ desafortunadamente

El escritor Remy Charlip escribió un libro infantil clásico titulado Afortunadamente, en el que ocurre un buen acontecimiento, seguido de un acontecimiento desafortunado. El libro comienza con: “Afortunadamente, un día, Ned recibió una carta que decía: ‘Por favor, ven a una fiesta sorpresa’. Pero, lamentablemente, la fiesta era en Florida y él estaba en Nueva York”. No necesitas el libro para jugar a este juego, pero es más divertido si primero lo leen juntos. (Si tu biblioteca local no tiene el libro, pueden conseguirlo a través de un préstamo interbibliotecario). Cada persona que juega el juego recibe una hoja de papel.

Escribe en letras grandes en la parte superior de una hoja de papel “Afortunadamente”. En el reverso, escribe “Desafortunadamente”. Habla con tu hijo sobre un viaje que siempre ha querido hacer. ¿A Disney World?, ¿por los Estados Unidos en bicicleta?, ¿a la Luna? Ayuda a tu hijo a pensar en una primera oración sobre el viaje, comenzando con algo como “Afortunadamente, ganamos la lotería. Toda nuestra familia decidió comprar bicicletas y recorrer los Estados Unidos. Mamá renunció a su trabajo”. Escribe las oraciones con “Afortunadamente”. Luego, pasa cada papel al otro jugador. Dale la vuelta y escribe la parte “Desafortunadamente”. Por ejemplo, “Desafortunadamente, llovió todos los días y nuestras bicicletas se oxidaron”. Si tu hijo quiere jugar más, puedes hacer nuevas hojas de Afortunadamente/ Desafortunadamente o puedes dibujar una línea debajo de la primera parte y continuar la historia. Numera cada parte en el anverso y el reverso, para que pueda leer las historias terminadas en voz alta con mayor facilidad. Recuerda, este no es el momento de preocuparse por la ortografía. Si es más fácil para tu hijo con problemas de aprendizaje, déjalo que te dicte. Tu papel es ayudar a tu escritor reacio a comunicar sus ideas al mundo.

Un día en la vida de…

El fotógrafo Rick Smolan ha publicado una serie de libros titulada A Day in the Life… (Un día en la vida de…) que muestra 24 horas en la vida de un astronauta, un país, un estado. Ahora es el turno de tu hijo de crear un libro similar. Cómprale a tu hijo una cámara desechable. Muéstrale uno de los libros de Smolan y explícale el concepto. Luego, habla sobre documentar un día en la vida de tu hijo (o de su mascota, hermana, amigo o de quien él quiera). Comienza el día fotografiando a tu hijo dormido justo antes de despertarlo. Luego, déjalo tomar una foto cada hora durante todo el día. (Mamá, un temporizador programado a una hora te ayudará a recordarlo.) Termina tomando una última foto de él, dormido. Luego de que hayan revelado las fotos, pega cada una en cartulinas pequeñas. Ayuda a tu hijo a escribir los detalles que expliquen cada imagen: por qué eligió el tema, por qué es importante para su día y quién estaba cerca pero no se puede ver. Haz una portada escribiendo “un día en la vida de… [tu hijo]”, con la fecha en que tomó las fotografías. Haz tres agujeros en el margen izquierdo y ata las páginas con lana o hilo dental. Guarda el libro para siempre y enséñaselo a todo el mundo. Hablar de las ideas de tu hijo es una parte fundamental de la escritura. Ayuda a tu escritor reacio a capturar esos detalles esquivos que a veces se le revuelven en la cabeza.

Cápsula del tiempo familiar

Empieza por reunir una caja de zapatos, papel y herramientas de escritura y un sobre para cada miembro de la familia. Dile a la familia que van a hacer una cápsula del tiempo familiar, que se abrirá en uno, cinco o diez años (o durante el tiempo que tu familia y tú decidan). Debe ser un registro de quién eras, quién eres hoy y quién quieres ser. Haz que cada miembro de la familia escriba una carta privada, contándole al mundo sobre su vida. ¿Dónde naciste?, ¿cuántos años tienes hoy?, ¿cómo te ves?, ¿cuáles son tus actividades favoritas?, ¿comidas favoritas?, ¿libros favoritos?, ¿películas favoritas?, ¿colores favoritos?, ¿vacaciones favoritas?, ¿qué está pasando en el mundo hoy?, ¿dónde quieres estar en uno, cinco o diez años? Si tienes mascotas en la familia, haz que los niños escriban cartas para las mascotas y les tomen huellas. Cuando cada persona haya terminado, sella la carta en el sobre y escribe el nombre de la persona y la fecha. Luego, agrega más elementos a la cápsula del tiempo familiar, como fotos de cuando eran bebés y fotos actuales, videos de niños cantando y hablando, postales de vacaciones y dibujos. Incluye también la portada del periódico de hoy. Haz que todos ayuden a sellar la caja con cinta adhesiva. Luego, escribe en el exterior “¡NO abrir antes del [fecha]!”. Guarda la caja en algún lugar y olvídate de ella hasta que llegue el día de abrirla.

Si yo gobernara el mundo

Tu hijo ha sido elegido para gobernar el mundo. Tendrá que dar un discurso de aceptación en la televisión a sus súbditos adoradores, pero debe proporcionar el texto de su discurso a la persona (tú) que lo escribe en el teleprónter​. Otros miembros de la campaña (es decir, la familia) también pueden ayudar con todos los pasos que conducen al discurso final: vestuario adecuado para los hermanos del nuevo gobernador del mundo, montar el estudio de televisión y escribir el discurso. Primero, elige los accesorios. ¿Qué sombrero o corona debe usar el gobernante del mundo? ¿Qué atuendo? ¿Tiene un símbolo personal de grandeza, como su peluche, manta, prenda de vestir o equipo deportivo favorito? Instala el estudio de televisión. Necesitarás algo que funcione como una cámara (puede ser de mentira), luces encendidas sobre el gobernante, un objeto parecido a un micrófono y algo que sirva de podio. Si realmente tienes una videocámara, úsala. De lo contrario, haz que tu hijo invente el resto de los accesorios. Ahora planifica el discurso. Si tu hijo tiene problemas para escribir a mano o secuenciar, pregúntale primero sobre sus ideas para gobernar el mundo. ¿Qué hay que cambiar en el mundo?, ¿qué haría divertido para sus súbditos vivir en su mundo?, ¿hay alguien al que quiera agradecerle por ayudarlo a alcanzar esta importante posición?, ¿cuáles son sus planes para el futuro? Si sus dificultades de aprendizaje le impiden escribir a mano cómodamente, puede grabar su lluvia de ideas, anotar las ideas clave o tomar un dictado. Luego, escríbelo en una computadora o a mano. Pega los papeles con cinta adhesiva para que formen una hoja larga. Pídele a otro niño o amigo que sostenga el papel junto a la “cámara” y deje que el nuevo gobernante pronuncie su discurso. Si puedes grabar el discurso en video, muéstralo en todas las reuniones familiares por el resto de la vida de tu hijo.

Haz de la escritura un juego y no una tarea

La escritura tiene muchas etapas antes de llegar al papel: generar ideas, notar semejanzas, decidir una idea principal, eliminar otras ideas, elegir palabras apropiadas y ponerlas en un orden que los lectores puedan seguir, sin mencionar los problemas con el acto físico de escribir.

Es posible que a tu hijo no siempre le guste sentarse y escribir. Pero si puede aprender a escribir por una razón y para una audiencia, la mitad de la batalla está ganada. Incorpora la escritura de forma natural al juego y no tendrá por qué ser una tarea para tu hijo ni para ti. Deja que esas ideas fluyan en forma impresa y brillen.

Translated by: SpanishWithStyle.com