En el libro Harriet el Espía, la heroína come la misma merienda todos los días después de la escuela: un pedazo de pastel de chocolate y un vaso de leche. ¡Pastel y leche, cada día! Como niño, esto me pareció como una pura genialidad. Como madre que tiene que ver a su hijo derretirse entre las 3 y las 6 de la tarde (y que experimenta su propio bajón cada día cuando todavía hay trabajo por hacer), he aprendido que algunos alimentos son mejores que otros cuando se trata de sobrellevar la tarde con energía y concentración.

Haz que sea una merienda que llene y sea nutritiva

Si deseas que tu hijo pueda concentrarse en su tarea y también coma bien en la cena, no dejes que se llene con meriendas no nutritivas después de la escuela. Alimentos para cenar como las sobras de la noche anterior son excelentes. Igual ocurre con los mini sándwiches de queso a la plancha, quesadillas, zanahorias o huevos.

Ten moderación con el azúcar

Las meriendas con azúcar después de la escuela le dan a los niños un subidón de energía de corta duración, seguido por una bajada de azúcar en la sangre. Esto significa que tendrán hambre, estarán cansados y de mal humor cuando sea la hora de la tarea. Evita caramelos, galletas y refrescos u otras bebidas azucaradas, e incluso barras de “energía”, que con frecuencia están repletas de endulzantes.

Alimentos repletos en proteínas

En su lugar, busca algo con alto contenido de proteínas (sin mucha azúcar agregada). Algunas buenas elecciones son el requesón o el yogurt simple con fruta, atún con galletas saladas y manzanas en rebanadas con mantequilla de nuez o jamón y queso. Prepara meriendas con alto contenido de carbohidratos como palomitas de maíz con queso o un vaso de leche para proporcionar algo de proteína.

Prepara un desayuno como merienda

Los huevos hervidos duros, un waffle congelado de cereal integral untado con mantequilla de cacahuete (lo siento, pero sin sirope) o un tazón de cereal integral bajo en azúcar (como O’s u hojuelas de maíz simples o avena) con leche son tan buenos para el mediodía como lo son para la mañana.

Sumérgelos en algo saludable

Sumerge frutas rebanadas, zanahorias bebés, palitos de pepino, galletas saladas y pretzels en algo que añada proteína y calorías, como yogurt simple, hummus, crema de frijoles o mantequilla de cacahuete.

¡Hidrátalo!

Finalmente, estimula a tu hijo a que beba agua; la mayoría de los niños olvidan beber agua durante el día, y un vaso grande después de la escuela puede ayudar con los dolores de cabeza y la fatiga de las tareas. Si tu hijo se niega a beber agua y pide bebidas dulces, añade un poco de jugo a la mezcla para que se la beba.

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