El problema: Mis hijos siempre están compitiendo.

Considera si esto es un problema para tus hijos o solo para ti.

Prueba esto
A veces la competición entre hermanos es más problemática para los padres que para los niños. Piensa si ese es el caso. Algunos niños disfrutan competir, lo hacen sanamente y les anima a esforzarse más.


Anímalos a divertirse de forma positiva y no competitiva.

Prueba esto
Si crees que tus hijos son demasiado competitivos y eso está dañando la dinámica familiar, enfócate en los sentimientos e interacciones que quieres apoyar. Anímales a realizar actividades que promuevan la colaboración (como pintar un mural o cocinar un platillo entre todos) y no la competición, y alábalos cuando trabajen bien juntos.


Comparar es desesperar.

Mejor no
No eches leña al fuego comparando a tus hijos entre sí. Incluso cuando lo haces inocentemente, podrías estar hiriendo los sentimientos de uno de tus hijos. Los hermanos que son especialmente competitivos podrían sentirse despreciados cuando solo alabas a uno de ellos. Por eso, si vas a elogiar a uno, trata de encontrar algo bueno que puedas decir sobre el otro.


Alaba los momentos positivos en su relación.

Di
“Me encantó qué bien trabajaron juntos para limpiar la casa. ¡Son un equipazo!”.


Comparte historias de hermanos que se apoyan mutuamente.

Di
“¿Te conté alguna vez que mi mamá y su hermana eran también amigas del alma? ¡Se contaban todo y se apoyaban en todo!”.

No digas
“¡Ya paren! ¡Tanta pelea y competición me está volviendo loca!”.


Por qué

Posiblemente los conflictos entre tus hijos les están enseñando muchas cosas y eso podría ser positivo.

Piensa en la relación entre hermanos como una vuelta en autos de choque. Las personalidades de tus niños se forman chocando unas contra otras dentro de un ambiente seguro. Es normal desear tener un ambiente armonioso en la casa, pero las peleas de tus hijos y su esfuerzo por salir siempre ganando son las formas más apropiadas de experimentar cómo expresar confianza, liderazgo y fuerza. ¡Claro que ha de ser dentro de límites apropiados! Pegarse, insultarse, o hacer trampas para ganar, nunca está bien. Con el tiempo, los hermanos se enseñan unos a otros que ciertas maneras de fanfarronear y competir son desagradables y que pelearse para ser “el mejor” a veces es divertido, pero otras veces no lo es tanto.

Si tus hijos tienen una buena base de amor y respeto, pueden esforzarse, pelear y competir de maneras sanas. Al final se sentirán seguros porque sabrán que, por encima de todo, se siguen queriendo unos a otros.

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