“¿Por qué no me dejas hacer eso? ¡Todos mis amigos pueden hacerlo! ¡Se reirán de mí si yo no lo hago también!”.

Las amistades a menudo son extremadamente importantes para los estudiantes de cuarto grado, una tendencia alarmante si está acompañada por la presión de su grupo de compañeros, presión de otros grupos de niños que comparten los mismos intereses (y no permiten que otros se les unan), el acoso y la feroz competencia por la popularidad. La influencia que los padres tienen sobre sus hijos va disminuyendo lentamente, y la influencia de sus compañeros aumenta, lo que puede preocupar a los padres, quienes temen que la rebelión adolescente está llegando demasiado pronto.

¿Eres un padre preocupado? Este es tu consuelo: el comportamiento en relación a la amistad de tu hijo de cuarto grado es completamente normal. El cerebro de un estudiante de cuarto grado ha desarrollado un “yo” único a esta edad, con patrones de pensamiento únicos en su clase basados en vías neuronales individualizadas. Le has dado amor, orientación, una buena alimentación, la oportunidad de practicar deportes, educación y experiencias enriquecedoras que tu hijo utilizó para crear dendritas, axones, sinapsis y mielina. ¡Tú fuiste el principal “jardinero” del cerebro de tu hijo! Pero ahora, tu hijo puede necesitar compañeros cercanos de la misma edad con quienes vincularse, reír, compartir secretos y conmiserarse.

¡Sigues siendo importante! Pero tu guía será más inteligente si comprendes lo que sucede dentro del a veces complicado y divertido seso de tu hijo. Estos son algunos consejos sobre la evolución del cerebro de tu hijo y la mejor manera de apoyar su desarrollo:

Usa la disciplina positiva

Alienta y usa la disciplina positiva para guiar y proteger a tu hijo de cuarto grado, en lugar del castigo que hace que tu hijo se sienta mal. En la Universidad de Leiden en los Países Bajos, los investigadores, utilizando escáneres de resonancia magnética descubrieron que los cerebros de los niños de nueve años “respondieron con fuerza” a los comentarios positivos. Por el contrario, cuando recibieron comentarios más ásperos y negativos, sus cerebros apenas respondieron. Es por eso que los niños de esta edad a menudo tienen esa “mirada en blanco” cuando se les regaña.

Prohíbe los videojuegos violentos

Investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Indiana en Indianápolis usaron resonancia magnética para ver regiones cerebrales que fueron estimuladas cuando los niños jugaban una variedad de videojuegos. Cuando los sujetos del estudio jugaron “Need for Speed: Underground” (un juego no violento) se observó actividad en el área frontal. Esta zona está asociada con la concentración, el autocontrol y la inhibición. Sin embargo, cuando los niños jugaron “Medal of Honor: Frontline” (un juego violento) ¡no había actividad en el área frontal! En cambio, la amígdala del “cerebro reptiliano” estaba estimulada. La amígdala está asociada con la estimulación emocional, especialmente la ira, y es responsable de comportamientos agresivos e impulsivos. El “encendido” repetido de las zonas reptiles podría crear conexiones en un cerebro en desarrollo para tener menos autocontrol y más violencia. Entonces, si tu hijo quiere jugar videojuegos, dirígelo a otros videojuegos que se centren en las carreras o las habilidades, no en lanzar balas con armas de fuego.

El ejercicio ayuda al funcionamiento del cerebro

Estudios recientes indican que los niños de nueve a 10 años que están físicamente en forma se desempeñan mejor en las pruebas que sus compañeros que no lo están. En el 2010, la investigación de Urbana-Champaign de la Universidad de Illinois indicó que el ejercicio aeróbico aumenta el volumen del hipocampo preadolescente, lo que lleva a una memoria relacional (uno de los dos principales tipos de memoria a largo plazo) superior. De acuerdo con el Dr. John Ratey, autor del libro Spark, el ejercicio eleva un químico que Ratey llama “Crecimiento milagroso para el cerebro” porque construye la infraestructura del cerebro. ¿Conclusión? La actividad cardiovascular vigorosa, de 30 a 60 minutos por día, promueve la supervivencia de las células cerebrales y la función de la memoria y estimula el crecimiento de nuevas células. Los deportes de equipo son excelentes para los estudiantes de cuarto grado porque también interactúan socialmente.

Beneficios de la música

Resulta que el cerebro de un estudiante de cuarto grado se desarrolla con la música. Fomenta la exposición a la música a través de un instrumento o lecciones de canto. La formación musical se ha vinculado a una gran cantidad de beneficios cognitivos. Optimiza el desarrollo neuronal y mejora las habilidades del funcionamiento cerebral en el razonamiento espacial-temporal, el análisis matemático, la organización, la memoria, el lenguaje, la creatividad, el manejo del estrés, la improvisación, la autoestima, la determinación, la perseverancia, la concentración, la motivación y las ciencias. La música melódica es más beneficiosa para el desarrollo cognitivo.

Tu hijo podría estar entrando en la pubertad

El desarrollo en la corteza prefrontal del estudiante de cuarto grado se está acelerando a medida que el cerebro se prepara para los cambios de la adolescencia. ¡Lo siento! Tu hijo podría estar entrando en la pubertad, especialmente si es una niña. ¡No te demores! Infórmale a tu hijo ahora sobre los cambios físicos y emocionales de la pubertad. Los preadolescentes pueden querer estar en un área privada y secreta, en una caja o cajón con llave. La necesidad de “espacio personal” también incluye el deseo de una mayor independencia, con menos orientación de los adultos.

¡Hay una razón para esa apatía entre los niños y las niñas!

Los niños y las niñas a esta edad suelen ser bastante hostiles entre sí. Esta rudeza tiene una razón neurológica. Un estudio del Instituto Nacional de Salud reveló recientemente a través de escáneres de resonancia magnética que los cerebros de los niños y las niñas a esta edad son muy diferentes en la estructura de su corteza cerebral. A medida que avanzan en la adolescencia, sus cerebros se vuelven más y más similares y se tornan, como temen los padres, mucho más amigables con el sexo opuesto.

La importancia de los alimentos nutritivos

Muchos estudiantes de cuarto grado quieren devorar “comida chatarra” poco saludable. Rogarán por ello, pero no cedas ante sus antojos por sustancias azucaradas y saladas. Alimenta a tu hijo balanceadamente con verduras, frutas, granos enteros, productos lácteos y carne. ¿Por qué? Los niños necesitan una amplia variedad de nutrientes para un crecimiento óptimo del cerebro. La yema de huevo, la carne y la soja contienen colina, el componente básico del neurotransmisor acetilcolina, que es crucial en la función de la memoria. (Aprende sobre cuatro fabulosos alimentos para el cerebro que les encantarán a los niños).

Tu hijo podría desafiar tu autoridad

Los estudiantes de cuarto grado han mejorado sus habilidades de planificación, resolución de problemas, procesamiento de información y memoria a largo plazo en comparación a los niños más pequeños. Este mejoramiento les permite darse cuenta de que las figuras de autoridad no siempre están en lo “correcto” (lo que es importante, pero no facilita la crianza de los hijos). Cuando establezcas reglas, asegúrate de que tu hijo las entienda y síguelas al pie de la letra, explicándole a tu hijo tus razones. Háblale sobre el “respeto” y cuáles son tus expectativas como padre. Involucra a tu hijo en las tareas del hogar y enséñale que tiene la edad suficiente para ser responsable de sus acciones.

Su cerebro aún está en desarrollo

Los lóbulos frontales en los estudiantes de cuarto grado se han desarrollado hasta el punto que tienen más control de los impulsos y un mejor control de su ira. Ayuda a tu hijo a desarrollar su madurez emocional eligiendo hábitos saludables y guiándolo a que tenga amistades sanas que mejoren sus valores éticos. No olvides: el cerebro de tu hijo de cuarto grado todavía está desarrollándose y las experiencias a las que lo expones siguen siendo los ingredientes más valiosos para cambiar y mejorar la mente impresionable de tu hijo.