Un golpe por desobedecer. Dos golpes por empujar a otro estudiante. La idea de que un funcionario escolar golpee a un niño con una regla de madera puede parecer arcaica, pero el castigo corporal, que incluye azotar, pegar y golpear a los niños como consecuencia a su mala conducta, es legal en las escuelas públicas de 19 estados de Estados Unidos (enlace en inglés). También es legal en las escuelas privadas de todos los estados, excepto Nueva Jersey y Iowa. Y aunque no todas las escuelas en esos estados usan la fuerza física para disciplinar a los estudiantes, muchas de ellas lo hacen. (Lee a continuación las instrucciones sobre cómo saber si la escuela de tu hijo usa castigos corporales. También puedes preguntar en la escuela).

Más de 92.000 estudiantes (enlace en inglés) recibieron un castigo corporal durante el año escolar 2015-2016 (el año más reciente sobre el que hay datos nacionales disponibles). Les pegaron, golpearon o azotaron por infracciones que iban desde llegar tarde a clase (enlace en inglés) hasta hacer trampa en una tarea (enlace en inglés). Mississippi, Texas, Alabama y Arkansas reportaron la mayoría de los casos; en cada uno de esos estados, más de 10.000 estudiantes recibieron un castigo físico. Luisiana, Florida, Missouri, Oklahoma y Tennessee informaron cada uno que miles de estudiantes de kínder al 12° grado fueron disciplinados físicamente. Los estudiantes de escuela primaria tienden a recibir castigos corporales con más frecuencia que los estudiantes de escuela intermedia o secundaria (enlace en inglés).

Algunas escuelas requieren el consentimiento de los padres antes de que los estudiantes reciban azotes o golpes, pero muchas no lo piden (puedes preguntarle a tu escuela sobre esto). En algunas escuelas, los estudiantes pueden elegir entre el castigo corporal y la detención. Y la mayoría de las escuelas especifican un número máximo de “azotes” o “golpes” que puede recibir un estudiante. Por ejemplo, de acuerdo con el manual del estudiante de las escuelas públicas de Bokoshe, Oklahoma (enlace en inglés), los estudiantes pueden recibir hasta cinco “golpes” al día.

Las políticas de otros distritos escolares son más vagas. En la George W. Long Elementary School (enlace en inglés) en el condado de Dale, Alabama, los maestros tienen “la autoridad y responsabilidad de usar los medios apropiados de disciplina hasta e incluyendo el castigo corporal” (enlace en inglés) para asegurar el control de las aulas. Los estudiantes en el distrito también pueden recibir castigo corporal si infringen el código de vestimenta de la escuela más de una vez al usar cosas como pantalones deportivos, camisetas sin mangas o faldas demasiado cortas.

Los defensores del castigo corporal, que incluyen a algunos padres y educadores, dicen que golpear a los niños les enseña que el mal comportamiento tiene consecuencias. Pero los expertos concuerdan con que el castigo corporal no mejora el comportamiento de los estudiantes, tiene efectos dañinos duraderos para quienes son golpeados y se distribuye de manera desproporcionada entre los estudiantes afroamericanos, los varones y los estudiantes con discapacidades (enlace en inglés). Y la investigación lo respalda.

“Nunca tiene éxito”, dice George Holden, profesor y psicólogo del desarrollo en la Southern Methodist University. “Siempre hay mejores soluciones para lidiar con los problemas de los niños que golpeándolos”.

Golpear a los niños no funciona

Las investigaciones muestran que el castigo corporal no hace que los niños se comporten mejor (enlace en inglés), ni siquiera a corto plazo. “Los impactos reales a corto plazo en los estudiantes son el miedo, la ira y el dolor físico”, dice Elizabeth Gershoff, profesora del Departamento de Desarrollo Humano y Ciencias de la Familia de la University of Texas en Austin. Ella señala que los adultos jóvenes que experimentan castigos corporales a menudo informan que también los deja “deseando venganza”.

Y a largo plazo, ser golpeado por adultos determina la forma en que los niños ven la violencia, con consecuencias que se desarrollan a lo largo de sus vidas. George Holden, profesor de la Southern Methodist University, señala que el castigo corporal se ha relacionado con la depresión, la ira y la hostilidad. “Si se les golpea con frecuencia a los niños, se les enseña a usar la agresión y la usarán a lo largo de su desarrollo y a medida que crezcan”, dice y señala que esta agresión puede manifestarse en futuras relaciones con cónyuges e hijos.

La mayor parte de la investigación sobre los efectos psicológicos del castigo corporal analiza el castigo físico infligido por los padres en el hogar, pero Holden cree que las consecuencias de azotar a los estudiantes en la escuela son igualmente graves. “Los niños que reciben golpes en la mayoría de los casos en Estados Unidos no necesariamente se convierten en mejores estudiantes y más obedientes, sino todo lo contrario”, dice. “Les va peor, tienen problemas de salud mental, les da vergüenza, no quieren ir a la escuela por eso. Hay una gran cantidad de problemas asociados con ello”.

La disciplina positiva funciona mejor que la disciplina punitiva

Incluso en los estados donde el castigo corporal es legal, las escuelas se están alejando cada vez más de la práctica. En Carolina del Norte, por ejemplo, los distritos que antes usaban castigos corporales han pasado a usar otras medidas disciplinarias (enlace en inglés).

El distrito escolar del condado de Robeson (enlace en inglés) fue uno de los últimos distritos escolares de Carolina del Norte en hacer el cambio. Durante años, los padres pudieron optar por la política de castigo corporal del distrito, y algunos lo hicieron, posiblemente porque si bien el castigo corporal en las escuelas puede parecer obsoleto para algunos, más del 70 por ciento de los padres encuestados en la versión más reciente de la Encuesta Social General de la University of Chicago (enlace en inglés) dijo que cree que los azotes a veces son necesarios para disciplinar a un niño.

Cuando la junta escolar del condado de Robeson votó para poner fin al castigo corporal (enlace en inglés) en el distrito, la propuesta fue aprobada por solo un voto. Muchos padres del distrito presionaron contra el cambio. En una reunión de padres y maestros de la escuela primaria justo antes de la votación de la junta, 100 padres pidieron que se mantuviera la política (enlace en inglés). Los padres dijeron a los medios de comunicación locales (enlace en inglés) que querían poder elegir cómo se disciplinaba a sus hijos en la escuela. Los administradores escolares, sin embargo, estaban listos para dejar la política en el pasado.

“Había llegado el momento”, dice Karen Brooks-Floyd, superintendente asistente de administración, participación comunitaria y servicios auxiliares del condado de Robeson. “Necesitábamos encontrar formas alternativas de ayudar a nuestros estudiantes”. Ahora, en lugar de utilizar el castigo corporal, el distrito utiliza un sistema de apoyo de varios niveles para ayudar a los estudiantes con problemas de conducta. Por ejemplo, los orientadores escolares les enseñan a todos los estudiantes habilidades como la empatía y ayudan a los estudiantes a aprender a reconocer la intimidación y el acoso. El distrito también cuenta con trabajadores sociales escolares y un especialista en desarrollo juvenil que trabajan cuidadosamente con los maestros para desarrollar planes de comportamiento individuales para los estudiantes que los necesitan.

En lugar de responder con violencia cuando los estudiantes se portan mal, los maestros y el personal de apoyo en las escuelas de Robeson se enfocan en ayudar a los estudiantes a aprender a reemplazar los malos comportamientos por buenos. La idea es enseñarles a los estudiantes los mecanismos y las habilidades de afrontamiento que los prepararán para el éxito, en lugar de centrarse en el castigo. “Tenemos que recordar que los comportamientos se enseñan”, dice Brooks-Floyd. “Es muy importante centrarse en el niño en su totalidad y en sus necesidades”.

Y funciona. Los estudios han demostrado que cuando las escuelas dejan de aplicar castigos corporales, se suspende a menos estudiantes. “Las escuelas de todo el país han podido gestionar con éxito el comportamiento de los niños sin castigos corporales”, dice Gershoff.

La disciplina positiva no significa que no haya disciplina. Las intervenciones conductuales positivas, como las que utilizan ahora las escuelas de Robeson, son una alternativa particularmente popular, dice, porque recompensan y fomentan el buen comportamiento al tiempo que evitan los efectos dañinos del castigo físico.

Ponerle fin al castigo corporal

La forma más segura de terminar con la práctica del castigo corporal en las escuelas sería mediante una prohibición legislativa, pero las iniciativas estatales y federales para detener la práctica no han tenido éxito hasta ahora. La legislación federal que busca prohibir el castigo corporal se introdujo en la Cámara (enlace en inglés) y el Senado (enlace en inglés) en 2020, pero no recibió votación.

Las iniciativas estatales tampoco han logrado obtener apoyo. En Kentucky, el representante estatal Steve Riley ha presentado un proyecto de ley para poner fin al castigo corporal todos los años durante los últimos tres años, pero no ha sido aprobado. Riley dice que, si bien no hay mucha oposición, la principal resistencia proviene de personas que piensan que la disciplina de los estudiantes es un tema que es mejor dejar en manos de la regulación local. Él persiste, dice, porque cree que es lo mejor para los estudiantes. Cuando los estudiantes castigados no mejoran, menciona, está claro que el sistema no funciona.

Riley es un administrador escolar jubilado y creció asistiendo a una escuela que usaba castigos corporales. Allí, cuenta, los mismos estudiantes fueron azotados una y otra vez, y la mayoría de las veces eran estudiantes que provenían de entornos difíciles. “Necesitan ser amados”, dice. No azotados.

Cómo saber si tu escuela usa castigos corporales

Las escuelas deben informar si utilizan el castigo corporal. Por lo tanto, si vives en uno de los 19 estados (enlace en inglés) que todavía lo permiten en las escuelas públicas, aquí te mostramos cómo puedes averiguar con qué frecuencia tu escuela ha utilizado esta forma violenta de disciplina. También puedes preguntar en la escuela de tu hijo.

Visita el sitio web de Recopilación de Datos sobre los Derechos Civiles (CRDC, por sus siglas en inglés) del Departamento de Educación en https://ocrdata.ed.gov/ (enlace en inglés). Ingresa el nombre de tu escuela, luego elige tu estado en el menú desplegable y haz clic en el botón “buscar” (Search en inglés). Cuando se muestren los resultados, haz clic en el enlace “detalles de la escuela” (School details en inglés) a la derecha del nombre de tu escuela. En la página de detalles de la escuela, busca el cuadro en la parte inferior derecha de la página. Luego, haz clic en el enlace “informe de disciplina” (Discipline Report en inglés) para ver las estadísticas de castigo corporal en tu escuela.

Este artículo es parte de nuestra serie de artículos Transformando la escuela secundaria, una colección de historias, videos y podcasts que exploran las prácticas que preparan a los estudiantes para alcanzar el éxito en la universidad y más allá.

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